El camino de la franquicia literaria ‘Artemis Fowl’ para dar el salto al cine no ha sido precisamente fácil. Fue en 2001 cuando se habló por primera vez de adaptar el personaje creado por Eoin Colfer coincidiendo con la publicación del libro inaugural de la saga, pero el proyecto fue dando tumbos por Hollywood hasta que Disney decidió apostar con fuerza por él en 2013. Dos años después se fichó a Kenneth Branagh para dirigirla y en 2017 se anunció que la película llegaría a los cines el 9 de agosto de 2019.
Sin embargo, Disney decidió finalmente retrasar su lanzamiento hasta 2020, pero la crisis del coronavirus volvió a dejar a ‘Artemis Fowl’ sin fecha de estreno. Por ello, la compañía decidió finalmente convertir a la cinta en un título exclusivo de Disney+ que llega este viernes 12 de junio a la plataforma. En Espinof ya hemos tenido la oportunidad de verla y se trata de una aventura familiar un tanto apresurada que busca ante todo intentar entretener al espectador.
Quien mucho abarca poco aprieta
Una de las primeras cosas de las que me acordé mientras veía ‘Artemis Fowl’ fue de que Steven Spielberg estuvo cerca de ser el director de ‘Harry Potter’, pero que su plan iniciar era combinar la historia de varios libros. Siempre pensé que era una mala idea y me alegré de que no saliera adelante. En el caso que se nos ocupa se optó por algo parecido, utilizando elementos de los dos primeros libros de Colfer para dar forma a una película que a duras penas llega a los 90 minutos de metraje.
Además, ‘Artemis Fowl’ se toma multitud de licencias que quizá molesten a los fans de la franquicia, sobre todo en un tramo inicial en el que Branagh intenta sobre todo conseguir que el espectador conecte con su protagonista, interpretado con soltura por el debutante Ferdia Shaw. Lo consigue solamente a medias, pero al menos uno sí puede entender la imperiosa necesidad que tiene de liberar a su padre, al que da vida un intrascendente Colin Farrell.
Es cierto que ya de entrada se nota que la mayor preocupación de Branagh y los guionistas Conor McPherson y Hamish McColl es la de atrapar al espectador desde el primer momento y no soltarle hasta que aparecen los títulos de crédito finales. Por ello, no hay tiempo para espacios muertos y todo tiene que ir hacia delante de una forma u otra, sacrificando así la presentación y desarrollo de los personajes en beneficio de un ritmo ágil que permita exhibir la generosa inversión realizada por Disney -se estima que su presupuesto ha alcanzado los 125 millones de dólares-.
Todo ello adornado con un cóctel de géneros en el que prima la aventura por encima de todo, pero hay espacio para la fantasía, el suspense, la comedia y muchas cosas más. El problema está en que lo agita todo tan rápido que la mezcla nunca termina de cuajar, y lo que es peor, cada una de las partes resulta menos efectiva de lo deseable. Otra consecuencia es que ese universo mágico que presenta acaba quedándose en la superficie porque simplemente no hay tiempo para hacerle justicia.
En tierra de nadie
Hasta el despliegue visual se resiente por ello y acaba dando la sensación de que todo el dinero invertido no luce como debería en pantalla. Tampoco es que quisiera que la duración se disparase hasta las dos horas y medias de ‘Harry Potter y la piedra filosofal’, pero allí Chris Columbus sí que reproducía ese sentido de la maravilla imprescindible para que el espectador neófito se sumergiese en lo que estaban presentándole.
En ‘Artemis Fowl’ eso no sucede y tras un primer acto cumplidor, todo se precipita y a mí personalmente me fueron perdiendo por el camino. Quizá la película sí cuenta con el toque necesario para hipnotizar a los más pequeños de la casa, pero para el resto el mejor consuelo que puede quedar es que casi no da tiempo para que uno pueda aburrirse. Simplemente le empieza a dar un poco igual lo que sucede.
El hecho de acaparar elementos narrativos de dos novelas tampoco le beneficia, porque redunda en esa aparente necesidad de aglutinar más de lo necesario y no dejar respirar la historia. Branagh hace lo que pueda para potenciar el espectáculo visual que busca la película desde la puesta en escena, pero le falta esa chispa necesaria para compensar sus otras carencias e ir más allá de lo simplemente vistoso.
En resumidas cuentas
‘Artemis Fowl’ es una película con presupuesto de primer nivel que luego ofrece, en el mejor de los casos, un pasatiempo más propio de una sobremesa dominical en el que a uno no le apetezca alejarse de su querido sofá ni pensar demasiado. Una nueva demostración de que quien mucho abarca poco aprieta.
Puedes ver 'Artemis Fowl' en Disney+ a partir del 12 de junio.
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