Parece que Kenneth Branagh ha recuperado el favor del público con su adaptación en imagen real del clásico animado de la Disney ‘La cenicienta’ (‘Cinderella’, Cylde Geromini, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, 1950). Favor que ha tardado en recuperar nada menos que veinte años, concretamente desde su apasionante ‘Frankestein’ (id, 1994), tras la cual ni una sola de sus películas lograba trascender entre crítica y público. ‘Como gustéis’ (‘As You Like It’, 2006) pertenece a esa época y es una de sus películas menos conocidas, otra de sus adaptaciones de Shakespeare, y que por ejemplo en nuestro país ni se estrenó en cines.
Siempre me ha llamado la atención esa especie de desprecio hacia esa parte de la obra de un director que, como pocos, entiende el lenguaje del escritor inglés. A muchos no les ha gustado que el director haya efectuado cambios de ambientación, e incluso época, en algunas de dichas adaptaciones, por ejemplo, su imponente ‘Hamlet’ (id, 1996), la única película que conserva íntegro el texto de la obra. La presente se trata también de una de las obras menos conocidas de Shakespeare, y que ya contaba con una versión en los años treinta, protagonizada, cómo no, por Laurence Olivier, otro cineasta/actor muy shakesperiano, quizá más literal.
El principal cambio que hace Branagh con respecto a la obra en la que se basa es transportar los hechos al Japón lejano, algo que en un principio puede provocar cierto desconcierto, puesto que la mayor parte de los actores en los papeles centrales son británicos y estadounidenses. Sin embargo creo que dicha decisión se debe a una de las máximas proclamadas en la película: el mundo entero es un escenario. Imagino que llevar la acción de la historia a Japón no hace más que señalar el carácter universal de la trama que, como es habitual, tiene al amor por gran protagonista.
La vitalidad de Branagh
La sombra de una de las mejores películas de su autor, ‘Mucho ruido y pocas nueces’ (‘Much Ado About Nothing’, 1993) planea continuamente por todo el metraje de ‘Como gustéis’; de hecho parece un intento de repetir aquella operación que tanto éxito le reportó en los noventa. Amores a primera vista, engaños varios, también desengaños, suplantaciones de personalidad, equívocos, humor y mucha vitalidad es lo que desprenden las imágenes de una película que jamás pierde el interés, manteniendo el ritmo con envidiable precisión. Resulta maravilloso lo bien que maneja el montaje Branagh, o la planificación.
Por supuesto el reparto está en estado de gracia, aunque hay personajes más agradecidos que otros. Por ejemplo Kevin Kline da vida a un filósofo que prefiere la siempre poderosa melancolía al amor o la celebración del mismo. A él pertenecen algunas de las reflexiones más interesantes, por verdaderas, del film. En su elenco femenino, creo que ‘Como gustéis’ contiene la mejor interpretación de Bryce Dallas Howard, sin exagerar. A pesar de ser un film coral, con varias historias de amor, desamor y traiciones varias, al servicio de actores entregados, la hija de Ron Howard sostiene prácticamente toda la película con su intensa, y también contenida, interpretación.
A pesar de algunos instantes un poco cutres en lo que respecta a puesta en escena, e incluso argumentalmente, como por ejemplo el momento del león, a todas luces ridículo, ‘Como gustéis’ contagia esa vitalidad tan típica de los films de Branagh, y posee a mi juicio el mejor homenaje que el director ha hecho al escritor: un epílogo en el que la cámara sigue a Bryce Dallas Howard en un descanso del rodaje de la película, en lo que parece una hermandad entre teatro y cine. Tal vez Branagh piense que de vivir en el siglo XX, Shakespeare amaría profundamente el séptimo arte. Yo estoy convencido de esto último.
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