Anoche soñé que volvía a Manderley...
'Rebeca' ('Rebecca', Alfred Hitchcock, 1940) es la primera película estadunidense del director inglés, que sucumbió a la llamada yanqui gracias a la mano de David O. Selznick, uno de los productores más famosos de Hollywood, y que por aquel entonces acababa de obtener un estruendoso éxito con una película titulada 'Lo que el viento se llevó' ('Gone With the Wind', Victor Fleming, 1939). El productor intentaba repetir la operación con esta adaptación de la novela de Daphne Du Maurier a quien Hitchcock ya había adaptado en su anterior film 'La posada de Jamaica' ('Jamaica Inn', 1939), última película filmada en suelo inglés. Lo cierto es que Selznick había contratado a Hitchcock para que realizase una versión sobre el hundimiento del Titanic, cambiando el proyecto por el que nos ocupa. Mejor, James Cameron puede soportar haber "copiado" a Roy Ward Baker y Jean Negulesco, pero jamás soportaría la comparación con Hitchcock.
El realizador ya había intentando hacerse con los derechos de la novela con anterioridad, pero no puedo obtenerlos porque resultaban demasiado caros para su bolsillo. Sin embargo, con Selznick ayudándole la cosa fue coser y cantar, al menos en cuanto a los derechos se refiere, porque en el rodaje los enfrentamientos entre ambos fueron sonados. Selznick había contratado a Hitchcock para diez películas, de las cuales el director británico sólo terminó realizando cuatro. Efrentamientos que influyeron en algunas decisiones de forma, pero que afortunadamente no afectaron a una obra que sigue incólume al paso del tiempo, y eso que el propio Hitchcock decía sobre ella que "no era una película del estilo Hitchcock". Una aseveración con la que muchos no estamos de acuerdo.

(From here to the end, Spoilers) Hitchcock comienza la película con un travelling que se acerca hacia una maqueta, algo que ya era marca de la casa. Con la voz en off de Joan Fontaine y el travelling que hace avanzar la cámara llergamos a una visión general de la mansión de Manderley, enigmática y fascinante toda ella. La mansión está abandonada y la voz nos recuerda cuándo empezó todo, el inicio de una historia que dependerá siempre de otra historia, la de Rebeca, a la que nunca llegaremos a ver. Algo así como el inicio de un cuento de hadas, algo que el director siempre consideró debido a que es una película de época, y como él decía, muy británica aunque escrita desde una mentalidad muy estadounidense y más abierta. Una historia de tintes góticos en la que la protagonista del relato, de la que nunca llegamos a saber el nombre, está continuamente influenciada por la existencia pasada de la señora De Winter, título que ha heredado hace poco debido a su boda con Maxim (Laurence Olivier).
Pocas películas hablan de un personaje que no aparece en las mismas con tanta pasión como la presente —en el cine moderno me viene a la mente 'Sin perdón' ('Unforgiven', Clint Eastwood, 1992), en la que el personaje de Claudia, ya fallecido y jamás aparece en el film, aún influye sobre uno vivo de tal forma que notamos su presencia—. Sobre Rebeca sólo sabremos a través de las bocas de los distintos personajes que pululan por el relato, y juntando todo lo que dicen puede hacerse un retrato de la misma, tal vez algo difuso, pero sin duda omnipresente en las vidas de casi todos. Una presencia e influencia que pesa sobre la nueva señora De Winter, a la que da vida una espléndida Joan Fontaine, a quien no soportaba Olivier sólo porque había recomendado a su pareja por aquel entonces, Vivien Leigh, para el papel y fue rechazada. El cualquier caso la historia de amor es lo de menos, lo que cuenta es el juego psicológico que se establece en todas y cada una de las situaciones que la película va desplegando según avanza, y en el que una muerta parece estar viva.

Fontaine llena la pantalla como la nueva y pusilánime esposa de Maxim, tanto que la compadecemos en su nueva vida, totalmente alejada de la sencillez que caracterizaba su existencia. La actriz le infiere al personaje ese aire de inocencia que raya la sumisión —atención al detalle de la figura rota, cuyos trozos esconde en un cajón del escritorio— enfrentada directamente al personaje más fascinante de la función: el ama de llaves. La señorita Danvers —recalco lo de señorita, pues tal vez nunca ha conocido hombre— está interpretada por una más que inmensa Judith Anderson, que fue tan convincente en su personaje que la actriz quedó marcada por ello hasta el punto de que a partir de ahí le ofrecían mayormente papeles en la misma línea. Si Fontaine divide su pepel entre la sumisión y el fuerte carácter, que sólo emerge en determinados momentos y ya cerca del final, Anderson no se queda atrás con su fascinante personaje que parece enamorado de Rebeca. Notemos cómo Hitchcock filma dicho personaje; nunca le vemos caminar, sus apariciones siempre son de repente, cual fantasma cuya presencia perturbará a la nueva señora De Winter hasta límites insospechados.
'Rebeca' contiene algunos de sus momentos más poderosos en ese enfrentamiento entre féminas con el recuerdo de Rebeca como pesada losa a sus espaldas, y también se perfila como imposible historia de amor entre Maxim y la nueva señora De Winter, cuya relación parece un mero reflejo de lo que debió ser convivir con Rebeca, mujer a la que Maxim admira tanto como desprecia. Sólo admitimos el final de Manderlay, que termina sus días con un espectacular incendio con la señorita Danvers como principal víctima, como el final de Rebeca y su recuerdo. El resto es un deslumbrante juego de apariencias, algo que a Hitchcock se le daba muy bien —capaz de suplir fallos tan gordos como el supuesto cadáver de la mujer que Maxim reconoce como su esposa muerta—, puesto que le encantaba la mentira del cine, convirtiéndose en un gran mentiroso, el mejor. 'Rebeca' ganó dos Oscars, mejor película —el de mejor director se lo "robó" John Ford, y creo que no debemos protestar—, y el de mejor fotografía, para George Barnes, cuyo trabajo acerca el film al Film Noir y al fantastique. Baste la secuencia de Fontaine y Anderson en el dormitorio de Rebeca para unir ambos géneros.
Hitchcok consiguió un gran éxito y su siguiente trabajo sería una emocionate historia de espías que dejaría a un lado la sordidez que 'Rebeca' esconde muy inteligentemente en muchas de sus imágenes.
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17 comentarios
alforte
Hay una escena en la película que muestra la naturaleza de la "cercana" relación que hubo entre la señorita Danvers y Rebecca SPOILER : cuando el ama de llaves le muestra el vestidor con las pertenencias de la antigua señora De Winter la señorita Danvers, ni corta ni perezosa, abre un cajón y le muestra las bragas de la difunta, tocándolas casi en éxtasis!!!! Hitch y su sutilidad!!! Ole sus huevos!!!! Pocos directores fueron tan valientes como él en aquella época.
xtark
Esta película esta en mi top 5 de películas de Hitchcock.
Hay mucha gente que no suele incluir esta película entre sus favoritas del director, pero a mi me encanta la atmósfera tan agobiante que crea en torno al personaje de Joan Fontaine con la aparente presencia de un personaje que no está.
MigueL
Sigo este especial desde que se inició. Toca disfrutar de 'Rebeca'. Una amiga me comentó que es mejor que 'Vértigo'.
kabe
Una película inolvidable, con todos los elementos de géneros que se han citado en la reseña, y unos actores en estado de gracia.
Se me ponen los pelos de punta cada vez que la recuerdo, y todavía mantengo la sensación que tuve la primera vez que la vi, grabada en VHS del mítico "Cine Club" de la 2... Flipé en colores y disfruté un montón.
marat
Ya lo he comentado alguna vez:que mal fario tenía la señorita Danvers,daba mal rollo.
La película es una maravilla.
gunzalobill
Tropecientas películas y es difícil encontrar una con la que aburrirse. Pocos directores pueden presumir de cualquiera de las dos cosas en sus filmografías, y de las dos juntas ya...
kahin
Rebecca es una película maravillosa; increíble la dirección de actores que hace Hitchcock con sus 3 protagonistas, pero especialmente con las 2 mujeres: Una la sumisa y mínima Nueva Señora de Winters, impotente ante el recuerdo de la anterior esposa. Y esa tenebrosa Señorita Danvers, impotente ante la ausencia de su amada señora. Y la capacidad de Hitchcock para dar contrapunto a un personaje sin nombre con uno que no sale en pantalla pero no pasan más de dos escenas sin que salga a relucir, al punto de que anhelas verla, escucharla, contemplarla y odiarla como todos lo hacen. Increíble la fotografía y la escena del dormitorio entre Fontaine y Anderson, sin más que añadir, no es mejor ni peor que cualquier otra película de Alfred Hitchcock, tan solo que hay otras que sobresalen más.
lord_lapius
Clásico entre clásicos. Una de las mejores obras de Hitchcock, que no es poco.
Gran especial el que estáis realizando con el maestro del suspense.
airamtrushka
Si por algo me parece que esta película es un ejemplo de lo bien que hacía sus películas el señor Alfred Hitchcock, es porque tomó una novela rosa, rosa como el chicle de fresa y cursi, cursi como un cerdo con lazo de raso y la transformó en una bomba de misterio y ambigüedad, sin dejar de lado su estilo personal.
Imperdible.