'El agente invisible': la "peli de tarde" más divertida y olvidable del verano refleja cómo el algoritmo de Netflix no acaba de encajar con las pretensiones de grandeza de los Russo

Netflix está absolutamente desesperada por conseguir una franquicia cinematográfica transmedia, pero de momento lo más parecido que ha conseguido es la saga 'Cambio de princesa' o 'Mi primer beso'. Las superproducciones de turno son efectivas y divertidas, funcionan en el momento... y ya está. No dejan ningún tipo de poso. Puede que 'Alerta roja' fuera la película más vista de la historia del streaming, pero no hay nadie que esté pidiendo una secuela o que se acuerde de un solo minuto de ella.

Pasa lo mismo con 'El agente invisible', una película para la que han puesto 200 millones de dólares, contratado dos de los directores más potentes de la actualidad, armado un reparto repleto de estrellas y llenado el mundo entero de planos con drones, explosiones, tiroteos y acción. ¿El resultado? Apabullante, divertida, gozosa... Y absolutamente olvidable.

007 estaba cogido

Si este verano no te puedes ir de vacaciones, no te preocupes, porque 'El agente invisible' te va a llevar a dar la vuelta al mundo: Praga, Francia, Afganistán, donde te de la gana. El metraje rara vez pasa más de veinte minutos en un lugar, pero nunca te sientes perdido o cansado. Es más, los cambios de localización son muy gustosos gracias a unos preciosos planos de drones que muestran que lo de Michael Bay en 'Ambulance' no fue un espejismo.

El problema es que, hablando en plata, es mucho lirili para tan poco lerele. Dicho de otra forma: toda la parafernalia, los efectos visuales y un cast que parece el firmamento de Hollywood están al servicio de un guion blandito y de unos Hermanos Russo que parecen negarse de forma activa a tomar cualquier tipo de riesgo visual en el rodaje. Hay explosiones, tiroteos, persecuciones y escenas de infiltración, pero ninguna termina de ser del todo original. Es como una recopilación de grandes éxitos que funciona como un tiro (literalmente) pero no te va a sorprender.

Los Hermanos Russo han mejorado sus dotes como directores de acción en esta película (ojo a la escena que tiene lugar en una céntrica plaza, ¡ojalá todas fueran así!), dejando de lado los efectos especiales de 'Vengadores: Endgame' o 'Capitán América: Civil War'. Sus escenas son vibrantes, están repletas de detalles y tienen todo lo que esperas, desde tiroteos en una casa que rompen ventanales hasta gigantescas explosiones, todo ello rodado con puño de hierro: si algo han demostrado los directores en esta película es que puedan hacer mucho más que Marvel. Ellos son los auténticos beneficiados de 'El agente invisible'.

Entre bigotes y chicas rescatadas

Ojalá 'El agente invisible' tuviera un guion más juguetón, que quisiera un poco a los personajes. Ellos son Sierra Six y Lloyd Hansen pero podrían ser cualquiera. Más allá de un par de pinceladas de cada uno de ellos, lo único que el público sabe es que a uno le encanta la tortura y el otro es el mejor en lo que hace. Su personalidad es prácticamente un folio en blanco y sus uniones emocionales con otros personajes son directamente inexistentes.

Chris Evans y Ryan Gosling derrochan carisma, aunque sus personajes tengan la misma profundidad que una piscina infantil: de hecho, el villano de la función es, directamente, malo en su trabajo y su mera existencia en la película solo se sostiene porque a todos nos cae muy bien Evans. Ana de Armas, si cabe, aún tiene menos personalidad, volviendo al tópico de la chica secuestrada que solo puede ser liberada por Gosling. Desde el minuto uno podéis telegrafiar todo lo que va a a ocurrir hasta el final.

Y no es malo per se, pero sí cumple paso a paso el tópico de la peli de tarde. Para haberse gastado 200 millones en hacerla, 'El agente invisible' te aguanta un par de siestas de agosto, pero poco más. Y mientras que Disney puede permitirse el riesgo de gastarse este presupuesto en probar suerte con nuevas franquicias (como 'Jungle cruise'), Netflix debería tener más cuidado en estos días: probablemente la cinta sea un éxito y dentro de tres años tengamos 'El agente invisible 2', pero dista mucho de ser esa franquicia estelar que la empresa está buscando de manera desesperada.

En busca del éxito perdido

'El agente invisible' es pura acción y adrenalina bien rodada y con carisma interpretativo, pero un día después de haberla visto cuesta seleccionar cinco momentos en la memoria. Es tan similar a otras cintas del estilo que aunque destaca en sus partes, no lo hace como conjunto. Aunque sea un éxito de visionados y se ponga en el número uno de Netflix, seguirá siendo un fracaso para el servicio de streaming, porque nadie va a suscribirse para verla. Al contrario, la gente va a verla porque ya está suscrita y prueban suerte para amoritzar la suscripción.

No quiero llamar a engaño: de verdad, sí, es una película muy entretenida, pero tan repleta de peligro como de situaciones tópicas. Un guion que no tiene cariño a sus personajes y parece más un trámite adolece al resto de la cinta, que vive y muere en sus líneas de diálogo y sus situaciones previsibles y al mismo tiempo exageradas. 'El agente invisible' es, al mismo tiempo, todo lo que el algoritmo dice que Netflix debería ser y todo de lo que Netflix debería apartarse. Y no parece que estén por la labor de aprender la lección.

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