Paris. 10 de diciembre. Presentación y primer pase en Francia de '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', Steve Mcqueen) en un cine céntrico de la ciudad. Hay muchas expectativas y yo, como siempre, me siento en la primera fila para que sólo seamos la pantalla y yo. Aparece el distribuidor francés de la película: "Je suis désolé, pero Steve McQueen no ha podido venir, pero al final de la proyección contestaré a vuestras preguntas y habrá una petite surprise". Lástima, me habría gustado escuchar al que es ya uno de los directores del año hablar sobre su película. Se apagan las luces, empieza.
Termina la película. Empiezan a aparecer los títulos de crédito y hay un silencio sepulcral en la sala. El público está emocionado, yo también. Los menos tímidos empiezan a aplaudir y poco a poco, un par de aplausos se convierten en ovación. Vuelve a aparecer el distribuidor y dice que quiere llamar al escenario a alguien muy especial que acaba de llegar de Estados Unidos. Chiwatel Efiojor y Lupita Nyogo'o bajan entre el público al que acabn de dejar destrozados con sus personajes hace un momento. Segunda ovación y público en pie.
'Soy un hombre libre'

La escena de arriba es sólo un ejemplo más de cómo, el tercer largometraje de Steve McQueen es, sin duda alguna, una de las películas del año. El realizador se enfrenta aquí a su película más ambiciosa y no sólo a nivel de producción, si no también por la historia que cuenta: la aterradora experiencia de un hombre que perdió su libertad. Tras moverse por círculos más independientes con 'Hunger' (id, 2008) y 'Shame' (id, 2012) —fantásticas y muy alabadas por la crítica—, McQueen se atreve con algo más mainstream pero sin perder en ningún momento ni ápice de su estilo, fuerza y crudeza.
La película —que ayer conseguía siete nominaciones a los Globos de Oro incluyendo mejor película, dirección, mejor actor protagonista y mejores actores de reparto— nos traslada a los años previos a la Guerra Civil de Estados Unidos. Solomon Northup, un hombre negro libre que vive en Nueva York con su familia, es secuestrado y vendido como esclavo. Desde eso momento, Solomon deberá luchar por sobrevivir y por preservar su dignidad frente a la crueldad de su amo. '12 años de esclavitud' no es otra película más sobre el esclavismo en Estados Unidos. McQueen habla de lo mismo que muchas otras películas de Hollywood y tv-movies han hecho antes, pero centrándose en una historia concreta y narrándola de forma tan brutal y honesta, que uno tiene la sensación de que le están contando por primera vez como los negros eran tratados como mercancía y herramientas de trabajo y no como seres humanos. Y lo hace además con una historia terrible, basada en la experiencia real de un hombre que lo plasmó en sus memorias.

No hay nada peor que te quiten la libertad, y eso es lo que nos muestra Steve McQueen sin concesiones a la hora de describir la desesperación de su protagonista en sus intentos de convencer a sus ya amos que él es un hombre libre y no un esclavo. Una desesperación que el realizador narra con un estilo de cámara soberbio, fotografía señorial y con encuadres casi imposibles pero que no hacen más que acentuar el efecto que se quiere causar en el espectador, jugando mucho con el fuera de campo o cortando las figuras —como ya haría en 'Shame'—. Una producción de Hollywood, sí, y algo lacrimógena, también, pero que muestra un lado mucho menos amable del racismo en la sociedad estadounidense en comparación con 'El Mayordomo' ('The Butler', Lee Daniels, 2013).
El sonido y la música potente de Hans Zimmer, no hacen más que cerrar el círculo poderoso de ese gran drama estadounidense que completa un reparto no menos portentoso. Su protagonista —y el gran portento de la película—, el británico Chiwetel Ejiofor, que no necesita hablar para hacer estremecer a la audiencia con su mirada desesperada luchando por mantener su dignidad. Junto a él, un terrorífico Michael Fassbender como dueño, maltratador, creíble y espeluznante. Pero no hay que olvidar el fantástico debut en el cine de Lupita Nyogo'o, interpretando a la esclava convertida en objeto de deseo de su dueño o la canción entonada por Paul Dano a un grupo de nuevos esclavos y la doble moral del personaje de Benedict Cumberbatch.
Un reparto excepcional para contar una historia no menos excepcional que forma parte de la Historia —así con mayúsculas— de un país que presume de tener un presidente del gobierno negro, pero que todavía necesita que se les recuerde de vez en cuando lo que significa ser libre y en definitiva, un ser humano.
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Adam West
Yo la he visto ayer y me resulta aun muy dificil encontrar las palabras para explicar lo que sentí viendola.Solo dos apuntes.
McQueen consigue que sintamos cada latigazo y agresion como si nos la dieran a nosotros mismos,consigue que hasta cerremos los ojos al oir chasquear el maldito latigo,y logra construir una tension en muchos momentos (ese 1er plano de Ejiofor,rodeado de una fastuosa y elegante vegetacion y una tormenta al fondo es una de las secuencias más crispantes que recuerdo)que logra transmitir un sentimiento tan básico como el miedo a que te maten en cuaquier momento.
Y un Oscar para Fassbender por favor.
marlon
Quizás aún es pronto para pronunciarse pero seguramente sea una de las tres mejores películas del año, con algo más de perspectiva se verá.
F.Sobotka
A veces pienso que ojalá hubiera podido asistir al estreno de grandes películas que he visto mucho años después. Haberlas visto "virgen", sin que nadie te la hubiera recomendado, sin haber leído mucho sobre ellas, sabiendo sólo lo imprescindible. Si 12 años de esclavitud se hubiera estrenado hace más de 10 años, sería una de estas películas.
Os aseguro que no recuerdo la última vez que había visto en el cine un film tan colosal, tanto por la historia que trata, por lo que abarca, por cómo está rodada, por sus interpretaciones... Pienso que McQueen ha hecho lo que Spielberg hizo con La Lista de Schindler o Polanski con El Pianista. La película definitiva sobre esta barbarie, y al tocarle en primera persona, pone toda la carne en el asador.
No será menor esta película si no gana el Oscar (en todo caso, estos premios se desprestigian por no premiar obras maestras como esta), pero veo imposible que ninguna le vaya a hacer sombra.
Y sin duda, id a verla al cine. Además de por motivos obvios, porque tiene planos que no tienen nada que envidiar al mejor Malick.
Por cierto, alguien sabe por qué se ha estrenado con tan pocas copias?
elindomable
Pues a mi me ha parecido bastante mala. El argumento no esta bien construido y no se hila una buena historia, si quitaras la mitad de las escenas la película contaría lo mismo. Si el único sentido de cada escena es emocionar al espectador entonces definitivamente somos un rebaño de ovejas, es tan facil mostrar una espalda totalmente destrozada que no solo no tiene merito sino mas bien descaro. La música es penosa, sólo se salvan las interpretaciones que ofrecen todos (exceptuando a brad pitt obviamente)
Aparecen y desaparecen personajes sin ningún peso.
Señores, fue una época para denunciarla como mínimo, pero no seamos ingenuos, esto es cine, esto es contar una historia, no rellenar 2 horas y pico de vivencias traumáticas, debe haber algo más.
odreman
A nivel de actuaciones es una obra maestra. Particularmente Fassbender hace que te retuerces en la butaca por lo brutalmente convincente que logra ser con su personaje. Sin embargo existen a mi parecer dos aspectos que por lo visto no ha inmutado a nadie, y es el hecho de que la película en sí es innecesariamente sádica e inmoral. Por qué? porque muestra de forma exagerada interminables escenas como el brutal azotamiento dado a una joven con heridas (a mi parecer mortales) propinadas en buena parte por el personaje principal; un hombre de clase media alta de la ciudad de New York al cual secuestran y esclavizan, y he aquí la falta de moral, Solomon Northup no es ni mucho menos un héroe ni un anti-héroe ni una víctima dentro de mi escala de valores. Es simplemente un hombre que acostumbrado a vivir acomodadamente libre hará lo que sea necesario para recuperar ese estatus de vida, sin que le llegue a importar un ápice la situación ni el destino de sus iguales. Si ese es el mensaje que McQueen quiso reflejar en esta película, entonces mi reverencia hacia él; definitivamente me tendré que acostumbrar al estilo único de este original director al que le encanta ilustrar de manera cruda y sin maquillaje a un ser humano carente de moral o heróicos matices, un humano demasiado humano, como diría Nietzsche.