Con 'Tu cara me suena' Antena 3 consiguió el programa perfecto que le servía de ejemplo para liderar el modelo de televisión que la cadena quería ofrecer. Un programa blanco, divertido y con un buen rollo que traspasaba la pantalla y con el que conquistó a la audiencia desde sus primeras galas. Muchos han sido los espectadores que han seguido las imitaciones de 'Tu cara me suena', que ha logrado expandirse por el resto del mundo y que también ha tenido muy buena acogida en los países que han decidido adaptar el formato español.
La llegada de la tercera edición supone el reto de fortalecerse en la parrilla, algo para lo que 'Tu cara me suena' debía pulir al máximo el casting que nos presentaría este año. Ya comentamos que la elección final nos había dejado con varias dudas, porque parecía que no se habían hecho todos los deberes como correspondían. El inicio de la tercera temporada del programa deja en evidencia esas lagunas, que han debilitado la fuerza que 'Tu cara me suena' ha derrochado durante sus dos anteriores ediciones.
En esta ocasión, encontramos un número mayor de concursantes, que se han posicionado automáticamente en dos grupos: los que interesan y los que solo producen pereza. Ese es el motivo por el que las galas no han despertado el interés que se les suponían y que se hayan convertido en una mezcla de actuaciones que no causan la misma expectación por igual. Llama la atención que esto ocurra cuando el año pasado vimos tan claro que concursantes como Javier de Pecos no causaban ningún bien al show, por lo que se debió cuidar más un casting que ha demostrado ser una de las cosas más importantes para que 'Tu cara me suena' funcione como la seda.
En esta ocasión no ocurre así y las imitaciones se entremezclan entre aquellas que no consiguen aportar nada y las que levantan el ánimo, demostrando que se quiere seguir sorprendiendo al público. El papel de estos concursantes más allá de sus actuaciones vuelve a mostrarse como un elemento clave para el buen desarrollo de las galas, y aquí también hacemos esta misma distinción que demuestra que la mitad de los concursantes elegidos para la tercera edición no están al nivel de lo esperado.
Algo parecido ha ocurrido en ese cambio que se ha hecho en el jurado. Creíamos que la llegada de Marta Sánchez mejoraría las aportaciones que realizaba Carolina Cerezuela en las dos ediciones anteriores, pero la poca gracia mostrada por la cantante ha conseguido que incluso echemos de menos a Carolina Cerezuela, recurriendo una vez más a ese dicho que afirma que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. En general, se echa de menos la perfecta química a la que se llegó el año pasado, pese a que en esta ocasión se agradezca que la competencia esté más igualada y que se den iniciativas como seguir explotando galas temáticas, una buena idea para seguir sacando jugo.
La tercera edición de 'Tu cara me suena' ha arrancado sus galas cosechando una audiencia inferior a la lograda el año pasado, momento en el que el programa alcanzó su máximo éxito en nuestro país. Puede que el cambio de día haya afectado en el dato de audiencia, pero no podemos olvidar la falta de tacto que ha tenido Antena 3 para elegir a los concursantes de este año. Esta vez se ha centrado en elegir los mismos prototipos de concursantes que en los años anteriores, pero se ha olvidado de analizar la personalidad de estos y lo que realmente podían ofrecer al programa. Ha sido este casting el culpable de que la actual edición arrancase a medio gas y que no paremos de echar de menos a algunas de las caras con las que nos reímos en las temporadas anteriores. Santiago, Arturo... Volved y arreglad este programa.
En ¡Vaya tele! | Cinco momentos que recogen la esencia de 'Tu cara me suena'
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