Es inevitable. En las familias numerosas siempre hay alguna prenda de vestir, juguete o material escolar que se reutiliza y pasa de generación en generación a los hermanos pequeños, que suelen aceptar con desgana que ellos no tendrán el privilegio de estrenar lo que les ha sido heredado obligatoriamente. Así, un hermano pequeño intentará lucir como mejor pueda su nueva adquisición, aprovechándola al máximo después de que el primogénito le haya dado todo el uso posible a lo que un día estrenó con ilusión.
Si esto ocurre en las buenas y amplias familias, ¿por qué no en las cadenas de televisión? En un momento en el que muchas cadenas se han fusionado, dando lugar a auténticos conglomerados audiovisuales (o familias numerosas, como mejor guste llamarlo), vemos que aún se llevan a cabo estrategias que se podrían evitar con una visión diferente a la que se ha dado hasta ahora. Así, si cadenas como Telecinco y Antena 3 no aciertan con sus estrenos pero registran unos datos de audiencia aceptables para sus hermanas pequeñas (Cuatro y laSexta), ¿no sería mejor pasar el testigo en vez de relegar el programa a altas horas de la noche la semana siguiente?
La pregunta que formulamos no tiene una respuesta fácil, ya que en el juego de la programación forman parte muchos factores que deben ser analizados con calma. Pero si partimos desde la posición del espectador, este puede exigir con facilidad que se cuide el horario de sus series y programas de televisión favoritos, aunque no haya conseguido el seguimiento de audiencias esperado por la cadena. Son muchos los espectadores que se sienten traicionados cuando un espacio pasa de emitirse en horario de prime time al filo de la medianoche, encontrando en ese baile de programación razones suficientes para no engancharse al próximo estreno que prepare la cadena.
Así, si una cadena como Antena 3 o Telecinco cuenta con un buen número de canales secundarios en su haber, ¿por qué maltratar al espectador fiel a su serie situándola en un horario indecente? La lógica nos dice que sería más respetable de cara a la audiencia que esta cadena prefiera traspasar su ficción a una de sus hijas menores, manteniéndola en un horario normal e intentando aprovechar un dato de audiencia que para cualquiera de estos canales supondría un buen empujón.
Pongamos un ejemplo. La segunda temporada de 'Érase una vez' se estrenó en Antena 3 con datos superiores al millón de espectadores y el 8% de share, una cifra poco competitiva para una cadena como Antena 3. La decisión de la cadena, después de que algunos de los estrenos veraniegos que tenía preparados no dieran la talla, fue traspasar el resto de capítulos al late night a partir de la semana siguiente, en la que se decidió estrenar 'Arrow' en un prime time que mejoró bastante con la llegada del héroe. Con esta decisión, 'Érase una vez' pasa a formar parte de las series que se pudren en el late night y que se van olvidando semana tras semana (la emisión de su primera semana en este nuevo horario bajó del millón de espectadores).
No es la primera vez que ocurre en nuestra televisión. Pero ahora, con la amplia oferta de canales que existe en la TDT, podríamos pensar que lo mejor sería respetar a los espectadores que sí apostaron por el estreno de la segunda temporada de la ficción y optar por la opción de relegar los siguientes capítulos, en vez de al late night, a uno de los canales de su grupo de comunicación. Incluso laSexta, cadena propiedad de Atresmedia, vería con muy buenos ojos que una serie de su prime time consiguiera ese 8% de share que para Antena 3 fue insuficiente, por lo que podríamos pensar que sería una jugada con la que todo el mundo saliera ganando. Entonces, ¿por qué no se hace?
¿Un problema de imagen?
En primer lugar, no tenemos datos que nos ayuden a saber cómo se comportaría la audiencia ante un hecho que nunca ha ocurrido en las cadenas principales de nuestra televisión. Solo conocemos lo que ha ocurrido con algunas series que sí han cambiado de cadena, pero de una temporada a otra y no de la emisión de un episodio al siguiente. En este caso, sin salir de Atresmedia vemos la evolución que ha tenido 'Juego de tronos', una ficción que se estrenó el verano pasado en Antena 3 con unos datos que no llegaban a destacar (aunque empezó fuerte se quedó en torno al 10% de share).
Para la segunda temporada se ha decidido que la ficción se instalara en laSexta, aunque este cambio no ha conseguido mantener los espectadores que en su día tuvo 'Juego de Tronos' en Antena 3. Así, los episodios de la segunda temporada han bajado considerablemente del millón de espectadores y se encuentran rozando el 5% de share, consiguiendo de media en torno a la mitad de espectadores que la ficción tenía el año pasado. Visto lo ocurrido, no parece que la fidelidad de la audiencia se mantenga tras el paso de una ficción a otro canal de la casa, aunque aún podríamos encontrar otros factores por lo que esto seguiría sin convencer a los responsables de cada cadena.
Y es que, si laSexta quedara como una cadena en la que continuar las emisiones que no consiguen triunfar en Antena 3, perdería identidad propia para pasar a ser considerada como una cadena contenedor. La diferencia sería en que no albergaría capítulos repetidos de las series, pero aún así la imagen de la cadena que recibiera estos episodios se volvería negativa. Quizá por esto, Telecinco aún mantenga los capítulos de estreno de 'CSI' en su programación en vez de pasarlos directamente a Cuatro, donde la lógica nos dice que tendrían mejor recibimiento. Pero si esto ocurriera, Cuatro podría verse como una cadena que recoge lo que Telecinco no quiere, un arma de doble filo que habría que manejar con cuidado.
Las decisiones a la hora de programar, muy pocas veces entendidas por los espectadores, también podrían jugar una mala pasada si se decidiese cambiar de cadena la emisión de una serie a mitad de su temporada. Habría que hacer algunos bailes para evitar que esta decisión jugase en contra de la cadena principal, ya que se estaría haciendo la competencia a sí misma. Así, si 'Érase una vez' pasara a laSexta, Antena 3 estaría dejando escapar al perfil de audiencia que consideraba idóneo para esa franja, algo que jugaría en su contra aunque se tratase de un número reducido de espectadores.
Y es que el perfil de público tiene más importancia de la que pensamos en las cadenas de televisión. Tras su fusión, Antena 3 y laSexta han querido mantener líneas diferentes dirigidas a un tipo de audiencia muy distinta, por lo que mezclar sus parrillas de una semana a otra podría ser contraproducente para unos espectadores que empezarían a dejar de ver diferencias. Así, si Antena 3 adquirió 'Érase una vez' fue porque vio que encajaba en su programación y no en la de laSexta, aunque no acertara con el estreno de su segunda temporada.
Quien sale perdiendo, una vez más, es el espectador, que tiene que resignarse a dejar de seguir una ficción que le gustaba porque esta no ha alcanzado unos datos aceptables. No todo el mundo puede irse a la cama pasadas las doce de la noche, por lo que en estos casos son muchos los espectadores que abandonan la ficción o buscan otras vías para poder seguirla. El cambio de cadena podría ser una solución rápida, pero podría estar cargada de consecuencias negativas para las cadenas implicadas que no sería tan fácil sortear como pudiéramos pensar en un principio.
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