Aún recuperándonos por el polvorín del estreno de 'El señor de los anillos: los anillos de poder' (Lord of the Rings: Rings of Power, 2022) en Amazon Prime Video, hemos tenido todo tipo de controversias y polémicas, desde el éxito arrollador de su transmisión en la plataforma, a la censura de esta de las críticas y el fenómeno de la votación en masa en páginas como Rotten Tomatoes e Imdb, resultando en valoraciones muy pobres por parte del público.
Esto no llega de nuevas, ‘Cazafantasmas’ (Ghostbusters, 2016) sufrió ataques similares por su reparto femenino, obligando a la actriz Leslie Jones a eliminar sus cuentas de redes sociales por ataques racistas, una historia que se ha repetido en ‘Star Wars Episodio VIII: los últimos Jedi’, en algunos capítulos de ‘Halo’, y otras ficciones que han osado reinventar su casting para hacerlo más diverso, quizá con la esperanza de que en algún momento la gente se aburra de quejarse por ello, ya que estamos en una ficción y esos detalles no traicionan ningún lore.
Conseguir dar vida a un mundo imaginario
La fantasía permite esto y mucho más, pero parece que el fandom ha decidido que son mucho más importantes los diferentes pantones de color de piel que el asombroso trabajo de diseño de arte y producción de la serie. Algo, sin duda, logrado a golpe de talonario, pero también con un trabajo detrás que va más allá del derroche visual. Cada plano, cada nuevo escenario, tiene una composición de arte impecable, totalmente cinematográfica y al nivel de las películas de ‘El señor de los anillos’. Pero no es solo eso.
Se puede argumentar que dentro de su ambientación, totalmente inmersiva, hay pequeños desajustes que no están al nivel de otros esfuerzos, como esos peinados de humanos demasiado modernos, o incluso en un plano musical, puede achacarse un exceso de fanfarria y grandiosidad antes de tiempo, un problema muy típico en la obra de J.A. Bayona, en la que el uso constante de una partitura barroca y pomposa acaba convirtiendo algunos momentos en empacho, restando fuerza narrativa a momentos que luego sí la requieren.
Pero a nivel visual ‘Los anillos del poder’ trasciende lo visto en cualquier serie de televisión hasta el momento, y no solo por su escala e integración de efectos especiales, o su armonía en el uso de colores y encuadres, sino porque consigue dar vida a la Tierra Media. Así de simple. Ha logrado de nuevo plasmar el universo imaginado por Tolkien en una época de esplendor previa a la trilogía de ‘El señor de los anillos’, dotando a su geografía de magia, ya sean los celestiales entornos de los Elfos o el reino de los enanos. Explora lo que es y pudo haber sido con minuciosidad.
Disparos a quemarropa, como si nos sobraran buenas series
Sin embargo, las críticas de los más puristas se quejan de que el pan de Lembas no se come con panceta o que los Elfos se posicionan mal en la escena en la que van en barco. Es entendible el amor fan por el mundo literario de un autor, pero cuando pasa al formato cinematográfico de una forma tan rotunda parece que algunas personas pierden el contacto con la realidad. Una serie de este estilo podría haber estado destinada a ser un artefacto para sacar dinero de una marca sin apenas inversión, podría ser un modesto entretenimiento del canal SYFY, lucir como el resto de fantasía épica actual. Y no es así.
‘Los anillos del poder’ no es ‘La rueda del tiempo’, no es ‘Sombra y Hueso’ y no es ‘Juego de Tronos’. El nivel que presenta en pantalla exige un esfuerzo económico, de producción y de dedicación que va más allá del hecho de que valga mucho dinero. Hay cosas caras que no lucen bien. Se ha criticado también que se queda en eso, en la golosina visual vacía, y no es cierto. El diseño que presenta es un trabajo de arte, pero también de investigación, de cuidado y respeto por el material que se está tratando. Y también es narrativo. No se puede despreciar la idea de que nos muestren las máscaras de metal de los enanos como un simple ornamento.
Nos muestran su cultura, nos muestran una etapa de bonanza gloriosa, nos enseñan que la escena de las minas de Moria representaba una decadencia porque antes hubo esplendor. Cada decisión de vestuario y escenografía construye y suma, hay decisiones previas constantes en segundos en pantalla. Eso es también una historia, el interés de la serie es mostrar la época que solo pudimos intuir, hay un trabajo de world building que se traduce en inmersión, en contexto para una historia y unos personajes que representan los distintos lugares de ese mundo. En muchos aspectos, es la naturaleza de la prosa de Tolkien, perderse en el mundo que construye.
La representación de la Tierra Media
La Segunda Edad sucede siglos antes de que Frodo viajara a Mordor, y el paisaje de la Tierra Media es diferente a lo que hemos absorbido en el cine. El diseñador de producción de Ramsey Avery ha diferenciado un mundo rico y dorado de una Tercera Edad en declive y, por ejemplo, los elfos han fundado el regio reino costero de Lindon, que desprende amor por la naturaleza, con una arquitectura casi gótica, de altas columnas en forma de árbol y otros detalles que reflejan vegetación y luces ultraterrenas que indican inmortalidad.
La fortaleza enana de Khazad-dûm está prosperando, antes de que los enanos se volvieran codiciosos y llegara el Balrog, está representada por piedra y llamas, líneas menos severas y un mayor respeto a la piedra más que una grandiosidad que refleja opulencia. La humanidad se encuentra en una edad de oro sin precedentes, y la acaudalada isla de Númenor cuenta con grandes ciudades y puertos, es la Atlántida de Tolkien y nunca antes se había representado en la pantalla, reflejando grandes civilizaciones reales del pasado, con imponentes estructuras de mármol que parecen casi griegas o venecianas, con diferentes tonos de azul que evocan su fuerza en la navegación y el mar.
Los pelosos, viajeros que están a años de establecerse en la Comarca y convertirse en los hobbits hogareños que conocemos reflejan un mayor contacto con la naturaleza, pero podemos advertir muchos rasgos de su cultura incipiente, incluso explicando que su forma de construcción de casas en el subsuelo tiene que ver con una táctica de defensa por su forma de vida nómada. El cuidado de casting, maquillaje y vestuario es también más que destacable. Y algo importante también es que lo que hay frente a la pantalla no siempre es intangible.
Un juguete caro, pero también cuidado al extremo
Hemos visto que ‘Obi-Wan Kenobi’ y otras series recientes de Marvel se apoyan en fondos, Stagecraft y distintas técnicas de escenografía generada por ordenador que limita mucho los movimientos de cámara y la idea de la puesta en escena, pero en ‘Los anillos del poder’ se deja notar que se han construido escenarios reales y entornos fantásticos que parecen sacados directamente de diseños de los mundos de Tolkien. Puede que no haya tantas miniaturas para los planos más generales como en las películas de Peter Jackson, pero hay un entorno cinematográfico mucho, mucho más tangible de lo que muestra la tendencia actual en televisión.
Y queda por ver mucho de los orcos y el mundo de la oscuridad, aunque lo que se ha visto no podría ser más prometedor. El mal se está propagando y las claves de su visualización se han moldeado según el cine de terror, algo en lo que J.A. Bayona puede tener que ver. Las vacas contaminadas y la tierra destilando el mal recuerda a ‘El color que cayó del espacio’ —que rima también con ese extraño caído del cielo como un meteorito— y la escena del orco entrando en la casa es un home invasion con monstruo digno de ‘Evil Dead’, con una criatura, por cierto, que muestra una vuelta a los maquillajes y no a los orcos digitales de la trilogía del ‘Hobbit’, con un diseño de “boca de rata” memorable y una transición con decapitación para aplaudir.
La escena de los túneles recuerda a ‘Aliens’ y en general hay una aproximación al mundo de Sauron que no da un paso atrás, por más que se escriba que la serie es una versión infantilizada de la ficción de Tolkien. En general, todo está más en su sitio de lo que hacían preveer los tráilers y avances, y muchos de los que nos mostramos escépticos durante esa fase de promoción hemos tenido que doblegarnos ante la evidencia: ‘Los anillos del poder’ parece que sabe lo que hace y promete que lo que está por venir puede hacer historia de la televisión. Es un muy buen momento para ser fan de Tolkien y amargarse porque Galadriel esto o lo otro, o porque no te gustan las enanas negras, da la impresión de ver a niños enfurruñados porque de sus 50 regalos de cumpleaños uno no es del color que le gusta.
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