Durante años, no han sido pocos los que se han preguntado por qué Kate Winslet, después de convertirse en la actriz más famosa del mundo gracias a 'Titanic' decidió tomar un camino distinto en su carrera más destinado al cine independiente que no le ha impedido ganar un Óscar por el camino y estar nominada a otros seis. La solución al enigma es bastante obvia, en realidad: no ha hecho nada más mainstream... porque no ha querido.
Y se hundía, se hundía
En una entrevista con Net-a-porter, la actriz, que está a punto de estrenar la serie 'The Regime' en HBO Max, ha afirmado que su experiencia con la fama después de la película de James Cameron fue "horrible". Tenía solo 22 años, todo le venía de nuevas y haber participado en la cinta más taquillera de la historia (entonces) no ayudaba a su salud mental.
Las mujeres jóvenes ahora saben cómo usar su voz. Yo, después de 'Titanic', tenía que lucir de una cierta manera, o ser de cierta manera, y, como la intrusión de los medios era muy significativa por entonces, mi vida era bastante desagradable. Los periodistas siempre dicen "Después de 'Titanic' podrías haber hecho cualquier cosa y elegiste hacer películas pequeñas"... Y yo estoy en plan "¡Sí, puedes apostar tu puta vida a que sí!"
No se puede decir que la actriz tenga nostalgia, desde luego: "¿Sabes qué? Ser famosa fue horrible. Estaba agradecida, claro. Apenas tenía veinte años y ya podía tener un piso". Hay que recordar que en aquella época la prensa amarillista insistía en que estaba gorda, algo que a lo que años después ha respondido diciendo que ojalá se hubiese atrevido a decirles a los periodistas que era puro y duro bullying. Ahora, a sus 48 años, vive tranquila y segura de sí mismo, participando solo en proyectos que realmente le apetecen. La fama no es para quien la merezca: es para quien la quiera.
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