Cómo Keanu Reeves ayudó a salvar el guion de 'Speed' según Joss Whedon: "Ahora entiendo a este personaje"

Cómo Keanu Reeves ayudó a salvar el guion de 'Speed' según Joss Whedon: "Ahora entiendo a este personaje"

Nadie dijo que escribir el guión de una de las mejores películas de acción de finales de siglo fuese una tarea sencilla

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Pasan los años —¡ya vamos camino de los 30!— y 'Speed' continúa siendo una experiencia tan fresca, intensa y rematadamente divertida como el primer día. La película de Jan de Bont es una auténtica bomba de relojería —jé— con un sentido del suspense y la acción realmente envidiables y con una trama que te mantiene clavado en la butaca durante 115 minutos para el recuerdo.

¡Pregunta de examen, listillo! ¿Quién escribió 'Speed'?

Pero, claro, moldear una joya de este calibre no es en absoluto sencillo, y en el caso que nos ocupa, buena parte de los quebraderos de cabeza llegaron de la mano del proceso de escritura del guión, firmado principalmente por Graham Yost. No obstante, el de Toronto no fue el único que aportó su granito de arena, ejerciendo Joss Whedon de script doctor y de escriba de buena parte de los diálogos del filme.

Según contó el propio Whedon durante un podcast titulado '50 MPH' —via THR— que explora el proceso de realización de 'Speed', fue Keanu Reeves quien le ayudó a dar voz a su personaje.

"[Reeves] habló de [investigar para el papel pasando tiempo] con los chicos de SWAT y de cómo eran siempre educados. [Dijo que] solo se trataba de apaciguar la situación, llamaban a todos 'señor' o 'señora'. Fue como hacer clic, eso fue todo. Ahora entiendo a este personaje. Mi enfoque fue: no era un chico arrogante, era un pensador lateral. Haría lo que le pareciera correcto y tendría un enfoque extraño, pero en general, funcionaría. Ese 'señor' o 'señora' me dio mucho, porque la fanfarronería [en los héroes de las películas de acción] era la norma del día y esto era lo opuesto. También dijo: 'No quiero sacar mi arma'. Y yo estaba como, 'Yo tampoco quiero que lo hagas, pero tienes que hacerlo... [El estudio no va a permitirte que no saques tu arma].'"

Pero, ¿qué hay de la mítica frase convertida en el one-liner más recordado de la cinta? Aún hay división de opiniones sobre quién inventó el "Pregunta de examen, listillo". Yost defiende que fue Whedon el que se sacó de la manga la frase de marras.

"Durante los últimos 25 años de mi vida, la gente se me acercaba y decía, 'Examen sorpresa, chico listo'. Y yo tenía que asentir y sonreír. Esa fue la línea de Joss, no mía".

No obstante, Whedon lo desmiente, afirmando que "Eso ya estaba en el guión. Es la única línea que la gente recuerda. Pero no puedo llevar el crédito por ello, porque no es mía". Pero que esta sensación de camaradería no os engañe, porque ambos guionistas tuvieron sus más y sus menos tras finalizar el trabajo. ¿El motivo? El reparto de créditos como escritores del filme.

La guerra por el crédito

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Tras finalizar el trabajo, Joss Whedon no recibió crédito por parte de la WGA —el sindicato de guionistas—, quienes, tras un arbitraje, consideraron que no debía constar en la lista tras descartar la categoría de "diálogo adicional". Así lo explica Yost, que defendió su opción de obtener el crédito único.

"Donde las cosas se pusieron mal entre nosotros fue cuando él no recibió ningún crédito. Fue como si me estuviera culpando. Yo le dije, 'Eso es la WGA; por supuesto que voy a escribir una carta diciendo que merezco el crédito único. Estuve con ese proyecto durante años, es mi bebé. Hiciste un gran trabajo, pero ya no permiten el crédito de 'diálogo adicional'".

Whedon, por supuesto, aportó su punto de vista sobre el conflicto.

"Él me dijo, 'Tú habrías hecho lo mismo'. Eso me molestó mucho. Porque no es cierto. Y viví lo suficiente para darme cuenta de que no era cierto. Mi siguiente proyecto fue Toy Story y [el entonces jefe de Pixar] John Lasseter dijo, 'Creo que los animadores clave deberían recibir crédito de guión' y yo dije, '¡Claro!'. No me gusta llevarme el crédito por cosas que no he hecho... Está bien, [no recibir el crédito] ya no me molesta. Hay muchas cosas que son mías y por las que me importa mucho más".

Todo este cacao era de esperar. Después de todo, nadie dijo que dar forma a un clásico de la acción de finales de milenio que ha perdurado arraigado a la cultura pop —Homer Simpson la recuerda como 'El autobús que no podía ir más despacio', no lo olvidemos— fuese una tarea sencilla.

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