Fuera de Lugar necesita la redención como su protagonista

La 1 no tiene tino con sus series de ficción en la noche de los lunes. Fuera de lugar repitió el estreno de Planeta América, un pésimo 12% de share. No es una noche fácil con rivales como La Familia Mata o CSI. Recordemos el final de la serie de médicos. Final posible para esta.

En la comedia La 1 tampoco ha tenido mucho éxito después de fracasos como Fuera de control, Con tacones o Como el perro y el gato. De Fuera de Lugar tenía bastantes expectativas y no me aburrió, sobre todo por la maniobra de TVE de colocar tan solo 5 minutos de pausa casi al final del capítulo. La historia se desarrollo con agilidad, aunque sabíamos que iba a pasar, el guión no estaba mal del todo con puntos bastante desternillantes. Sigo pensando que José Luis García-Pérez es perfecto para el papel, con esa cara de pringado y de sobrado según la situación. Al igual que el resto de reparto Lola Herrera y Natalia Dicenta dos grandes actrices que dan calidad a la serie.

El problema que le veo es su parecido, excesivo, con El sindrome de Ulises en el último punto del capítulo de anoche. Me gustaría ver por que derroteros va a ir: rollo adaptación de personaje en un barrio que no es el suyo o tirando por el punto de la ruina personal del personaje. Adolfo Hidalgo, nuestro personaje, deber buscar la redención de los males que ha hecho a su entorno. De momento se tendrá que librar del “psicopata”, lo mejor del primer capítulo y promete continuar dando los mejores momentos.

Le veo tramas interesantes y si la audiencia la respeta, TVE también lo hará, puede llegar a ser una serie de largo recorrido. Es de agradecer que se desarrolle en escenarios reales prescindiendo de cartón piedra y de la lamentable iluminación que nos tienen acostumbrados las series españolas. TVE esta ganando puntos de la calidad. La serie gira entorno a una comedía que no se rige por el chiste fácil o la comedia de situación, cosa por otra parte de agradecer porque ya tenemos demasiados ejemplos. Pero es difícil conseguir carcajadas de una forma a veces tan sutil.