La adapación de la prestigiosa novela de Umberto Eco, llevada a cabo por Jean-Jacques Annaud, es una de esas películas que marcaron mi adolescencia. La he visto un montón de veces, y cuando se editó en dvd hace ya unos meses, no lo dudé y la compré. Este pasado fin de semana pude revisionarla, y disfrutarla por primera vez en versión original. Por cierto, los extras de la edición especial son estupendos. Entrevistas a Annaud y Eco, entre otros, aportando un montón de información adicional muy interesante. A parte de escenas del rodaje, y de la preparación por parte de los actores, que no tienen desperdicio. Edita Warner, de la cual podían aprender muchos, tanto por la calidad de sus ediciones, como por la política de precios.
Estamos en 1327, William de Baskerville y su pupilo llegan a una abadía en la que se encuentran con un misterioso caso de asesinatos, que parecen estar relacionados con cierto libro prohibido. Pronto, el tema empezará a complicarse, al mismo tiempo que hace acto de presencia la Santa Inquisición, culpando de todo al Diablo.
La película fue realizada en inglés para conseguir una mayor distribución internacional. De hecho el film fue un enorme éxito, sobre todo en Europa, por motivos más que evidentes. No así en los USA. La película narra, en un ambiente de corte histórico muy bien tratado, una historia de misterio en el más puro estilo clásico. Un detective, en este caso un monje franciscano, educado y enormemente culto, con un joven aprendiz, en medio de una serie de crímenes inexplicables, y cuya galería de sospechosos es de lo más variado, ya que van desde el pinche de cocina hasta las más altas esferas del poder.
Las influencias del universo de Sherlock Holmes son notorias. Ya el hecho de que el protagonista se llame William de Baskerville, no es ninguna coincidencia, pues hace referencia a uno de los más conocidos casos del famoso detective. Y la investigación del caso, más su resolución y las deducciones de su personaje principal, son muy parecidas a las que realiza Holmes. La realización de Annaud es impecable, y llena de pasión. Está apoyado en un guión magnífico, y enormemente conciso, haciendo en todo momento que la historia interese, y que a medida que avanza, se haga más emocionante, ofreciendo sus sorpresas, y momentos cumbre, en el instante adecuado. Y su puesta en escena es extraordinaria. Parece que estemos realmente en la Edad Media, gracias a un trabajo de ambientación, sencillamente sensacional, y como explican en los extrar del dvd, hay unos decorados increíbles, los más grandes hechos en Europa desde los tiempos de 'Cleopatra' de Mankiewicz, por cierto, la única película de se gran director, que no he visto, pero es que me da una pereeeza que no veas.
La fotografía de Tonino Delli Colli, sucia y seca, ayuda a dotar de realismo al conjunto. Incluso la banda sonora, que es mínimamente melódica, y muy ambiental, obra de un James Horner, que por aquel entonces estaba viviendo sus mejores momentos. Todo ello sabiamente conjuntado, da un film excelente en todos sus aspectos, y que a pesar de sus más de dos horas de duración, es una de las producciones más entretenidas que yo recuerde. En ese aspecto, Annaud le infiere a la película un ritmo prodigioso, gracias a un estupendo montaje (atención a la secuencia final en la biblioteca llena de escaleras que forman laberintos), y también a unos diálogos llenos de fuerza, recitados por un estupendo plantel de actores.
Evidentemente, Sean Connery sobresale entre todos ellos, él es la estrella de la función. Con un enorme carisma, y apoderándose de la pantalla, su personaje cae bien enseguida al espectador, el cual se siente fascinado por una personalidad llena de fuerza, y a la que Connery le imprime su habitual cinismo. Realiza, sin duda, una de sus mejores interpretaciones, ese tipo de papel que a todos gusta, una especie de modelo a seguir, un héroe. Le secunda F. Murray Abraham, uno de esos eternos secundarios, que aquí interpreta un papel decididamente odioso, un malo con mucho peso, a la antigua usanza, de los que te quieres cargar nada más aparecer, pero que está tan bien interpretado, que evidentemente le da un enorme peso a la película. El contrapunto perfecto de Connery.
Tambien salen en este film, un primerizo Christian Slater, demostrando desde hace tiempo que lo suyo no es actuar, aunque hay que decir que su enorme inexpresividad le queda bien al personaje, un inocente muchacho, que se siente atraído por la enorme belleza de una joven, con la cual protagoniza una de las escenas de sexo más famosas de la década de los 80.
Y Ron Perlman, uno de los actores fetiche de Annaud, que aquí realiza una extravagante composición de un, más extravagante todavía, personaje. Un pinche de cocina, que tiene una extraña afición con las ratas. Excelentemente maquillado, Perlman realiza un personaje inolvidable.
Una magnífica película que a muchos encanta, y conozco pocos a los que no guste. No voy a entrar en si es mejor o peor que el libro, porque sería entrar en una discusión de lo más estúpida. El Cine y la literatura son dos artes totalmente distintas la una de la otra, y nunca deben ser comparadas. Para ello me remito, una vez más, a los extras del dvd, donde tanto Annaud como el propio Eco, dan su parecer al respecto, y que a más de uno dejarán callado. Como a mí, que me sorpendió enormemente.