Ocho años han pasado desde que la BBC decidiera rescatar uno de sus formatos culinarios, convirtiendo a 'MasterChef' en ese programa que ha conseguido entusiasmar a la audiencia de medio mundo en cada una de sus adaptaciones. Ahora toca el turno de España, después de que en nuestro país los shows de este tipo se redujeran a espacios como 'Esta cocina es un infierno' o 'Ven a cenar conmigo' en los últimos años y sobre todo después de que laSexta convirtiera en un fenómeno televisivo la 'Pesadilla en la cocina' de Alberto Chicote.
Mucho se le debe a este formato para que en nuestro país se haya decidido volver a mirar hacia estos programas, que parecía que estaban esperando en la barrera a que algún directivo diera luz verde. Así ha ocurrido con 'MasterChef', un talent show que vuelve a apoyarse en concursantes anónimos para encontrar al mejor chef de nuestro país, después de una serie de pruebas que iremos viendo cada semana. Con esta premisa, que al parecer se asemeja bastante a la original, llegó anoche 'MasterChef' a La 1, en el que de nuevo conocimos a uno de estos jurados que pretenden conquistar a la audiencia a base comentarios ácidos y juicios severos.
Y lo cierto es que el programa parece acertar con la mayoría de sus premisas, tanto por la elección de los tres miembros que componen el jurado como por el transcurso de un ritmo que garantiza una buena dosis de entretenimiento televisivo cada semana. La única pieza fuera del puzle es la figura de Eva González, utilizada a veces como presentadora y otras como narradora, que parece estar inmersa en su propio talent show para borrar su acento andaluz. La figura del presentador en este espacio es totalmente prescindible, aunque por fortuna, no se abusa de ella, ya que 'MasterChef' deja el absoluto protagonismo al desarrollo de las pruebas y las habilidades de los concursantes dentro de la cocina.
El primer programa de 'MasterChef' incluyó un breve repaso por el período de casting de los participantes, que no ocupó más de su primera mitad. La adaptación del talent show de La 1 cuenta con programas de dos horas, una duración muy superior al que suele tener 'MasterChef', por lo que en el caso de la versión patria estuvo compuesta de varios ingredientes diferentes. Aún así, el sabor de boca fue de lo más dulce gracias a un ritmo ágil que se mantuvo en todo momento y que hizo que disfrutáramos con cada prueba, edulcoradas con la presencia de los miembros del jurado, que saben donde meter la puntilla para exprimir el show al máximo.
El único lastre con el que cuenta 'MasterChef' es el evidente. Nos encontramos con un talent show donde el espectador no puede llevar a cabo su propio acto de valoración, ya que no se enfrenta a actuaciones musicales o a shows visuales donde pueda sentirse parte del jurado. En esta ocasión el encargado de juzgar es el paladar y el espectador se tiene que quedar de brazos cruzados dejándose llevar por su propia imaginación o por los comentarios de quienes sí prueban cada plato. Por eso, 'MasterChef' centra su gancho en cuestiones de ritmo y casting, donde parece que ha hecho los deberes a conciencia para presentar cada semana una agradable degustación televisiva con la que la audiencia pueda quedar satisfecha.
En ¡Vaya tele! | La 1 estrena 'MasterChef' el próximo miércoles 10 de abril
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