Curiosa e interesante la apuesta de TVE para las noches de los miércoles de verano en La Primera. Se trata de "Hay que vivir", una serie de cinco capítulos independientes que analizará situaciones como el cáncer de mama, el alcoholismo, la ludopatía, los transplantes o los trastornos alimentarios. Y lo hará en un esquema dual de realidad y ficción. Por un lado, con un capítulo de ficción elaborado para la ocasión, y basado en historias reales y concretas. Y, como complemento, un documental en el que los protagonistas de esas historias reales aportan su visión de la historia.
El enfoque de la serie es, según sus creadores, "recoger el valor y la lucha en procesos largos y adversos, y la voluntad de seguir viviendo." Situaciones difíciles y finales felices. Espíritu de superación, y mensaje moral al final: pese a las adversidades, hay que vivir. Y todo por una idea de Manuel Torreiglesias, el Sánchez-Ocaña de nuestra era.
Personalmente, a expensas de ver cuánto da de sí la serie, cuánto de real y cuánto de edulcorado se nos presenta, me parece un buen planteamiento, una de esas cosas para las que debería estar la televisión pública. Así que, ¡bienvenido, hay que vivir!.