Durante los últimos años el abanico de personajes que aparecen en las series de ficción se ha ampliado enormemente. Ahora es más común ver a personajes de todas las edades, etnias, clases sociales… Incluso ha dejado de ser una novedad que alguno de los protagonistas sea homosexual y entre los recién llegados nos encontramos unos personajes algo excéntricos pero muy queridos por el público que hasta hace poco no tenían un lugar en la sociedad y todavía menos en la televisión: los que sufren los síndromes Asperger y TOC.
En ambos casos podemos encontrar representaciones precisas y muy interesantes, mostrando incluso las diferentes caras de un mismo trastorno.
El Asperger es un síndrome considerado como un tipo de autismo, las personas que lo sufren tienen problemas para la interacción social y con frecuencia presentan patrones de conducta repetitivos y una marcada obsesión por ciertas áreas de conocimiento. Posiblemente el personaje de ficción que lo representa mejor es Sheldon Cooper de ‘The Big Bang Theory’, sobre todo en su primera temporada, puesto que en la segunda empieza a desarrollar cierta habilidad para el humor y el sarcasmo que no suele ser demasiado común en estos casos.
Otro Asperger interesante, por su verosimilitud, es Bob Melnikov de ‘ReGenesis’, aunque otra vez estamos ante un personaje que evoluciona a través de las temporadas y que, a causa de tratamientos médicos para una enfermedad ocular, acaba ‘mejorando’ sus habilidades sociales y alejándose del prototipo de Asperger.
En ‘Boston Legal’ encontramos a Jerry Espenson que, pese a que en la serie se habla claramente del síndrome de Asperger, los síntomas que muestra Jerry no son exactamente los típicos –podríamos suponer que también sufre el síndrome de Tourette-. En cualquier caso Jerry admite que se medica, lo que podría aliviar alguno de sus síntomas.
Por último, Temperance Brennan de ‘Bones’ es lo que podríamos llamar casi Asperger; se trata de un personaje que muestra algunas de las características de los Asperger pero no todas –no cabe olvidar que ciertas habilidades sociales son casi indispensables para la protagonista de una serie-.
El otro tipo de personaje que se ha introducido en nuestras pantallas son los TOC –Trastorno Obsesivo Compulsivo-. Se trata de un trastorno de la ansiedad y los que lo sufren necesitan cumplir ciertos rituales para poder continuar con su vida normal. Posiblemente el más extendido de estos ritos es el lavado de manos pero con frecuencia tienen muchos más. Adrian Monk de ‘Monk’ es el personaje que mejor caracteriza a los que sufren este trastorno. Monk tiene las obsesiones más comunes de los TOC, como el orden, la limpieza y la perfección geométrica en la posición de los objetos. Aunque cada persona con TOC puede desarrollar ritos y fobias diferentes, podríamos decir que Monk responde al estereotipo más común.
En ‘Glee’, aunque no hay ninguna referencia al tema hasta el momento, podemos aventurar que la profesora Emma Pillsbury posee un trastorno similar. Si no se trata de un TOC, sí que es evidente que tiene fobia a la suciedad, algo muy común entre los TOC.
En todos estos casos vemos como se hacen representaciones simpáticas aunque no exentas del dolor que inflige la enfermedad. Por otro lado, es interesante apuntar que los guionistas escogen en todo caso cierto tipo de trastornos –y no otros- y sólo han ido un paso más allá con Tara y su personalidad múltiple en ‘The United States of Tara’.
Esta gran variedad en los personajes ha enriquecido mucho el plantel general y las historias que nos cuentan, y no me extrañaría que, con el tiempo, la lista de trastornos y particularidades de los personajes fuera aumentando hasta ser tan variada, o incluso más, que en la vida real.
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