Tráiler de 'Da 5 Bloods: Hermanos de armas': la primera película de Spike Lee para Netflix nos lleva de aventura a Vietnam

Ese tipo de afirmaciones son bastante temerarias. ¿Has visto "Summer of Sam"? ¿Y "The Sweet Blood of Jesus"o el remake de "Oldboy"?
Porque son malas de cojones. Y no es por estar en acuerdo o en desacuerdo. Es que son malas.

Summer of SAM no es mala; Posee con una dirección de actores y de puesta en escena espectacular. Para el propio Lee es su última gran película, por encima de "La última noche" que es la ultima gran obra que nos dio.

Crítica *****

Como toda leyenda que se precie, la Gran Manzana neoyorquina es un contradictorio nido de palomas y alimañas, fascinante crisol elevado de la nada para ser escenario mítico de ficciones y recreaciones.

Spike Lee, a quien se le comparara a raíz de Nola Darling con ese neoyorquino de pro llamado Woody Allen, rinde tributo al tebeístico maestro Will Eisner con una expresionista mirada vía retrovisor al verano de 1977, hilvanando (a veces con la arbitrariedad de un Homero urbano incapaz de negarnos un personaje o escenario de interés) un rosario de anécdotas, estampas que en su dispersión abarcan la unidad.

Inmenso, caliente, fresco de personajes a punto de toparse con la constatación de que no hay futuro, salta de las carnavalescas y salvajes andanzas de un psicópata cincelado por la neurosis metropolitana a la comedia humana representada con la inercia de desnortados bailarines discotequeros, náufragos de la promiscuidad sexual, pequeños delincuentes y aficionados al deporte.

Spike Lee no traicionando sus principios, morales y formales, ha tocado el skyline de su obra, emulando a Woody Allen, al De Palma de Atrapado por su pasado y al Paul Morrissey underground e impúdico.

Demasiado bonito (tal que un partido entre los Knicks y los Lakers a finales de los 70) para que sepamos agradecérselo como es debido.

El tiempo irá a favor de esta insólita peregrinación, con warholianos aires de Balzac, a la ciudad que nunca duerme porque sus sonámbulos temen cerrar los ojos, lo mismito que usted y servidor en el cine.

Lo mejor: el reparto, desde la primera figura al último extra. Lo peor: el poco cuidado estreno de la película.