Dominic Cooper interpreta al teniente Latif Yahia, quien, en 1987, mientras servía en el ejército de Saddam Hussein y se encontraba en el frente, fue conducido al palacio presidencial de Bagdad en limusina. Allí, el hijo del dictador, Uday Hussein, también conocido como el Príncipe Negro, y a quien el propio Cooper da vida igualmente en la película, le comunincó que se le había elegido por el gran parecido físico con él y que estaba obligado a ejercer de doble o “fiday”. El teniente, por lo tanto, tendrá que olvidar no solo su vida anterior, sino incluso su propia personalidad para transformarse en este joven psicótico, que no le hace asco a las drogas, los coches veloces, la violencia gratuita y las prostitutas o las violaciones, a pesar de que la política de su país y la situación de su familia no estén para fiestas.
Lee Tamahori dirige ‘The Devil’s Double’ (“el doble del diablo”), basada en el libro autobiográfico ‘Yo fui el hijo de Saddam’, del teniente Latif Yahia. La película se ha calificado de “escalofriante” y ha levantado cierta polémica por su crueldad, pero Yahia afirma que es demasiado suave, ya que la violencia real que tuvo que presenciar fue mucho mayor: asesinatos despiadados con taladros eléctricos, tijeras de podar… Uday Hussein, junto con su hermano menor Qusay, tenía peor fama que el mismísimo Saddam. Así, la muerte de ambos hermanos en 2003, en un tiroteo que se cuenta que fue digno del final de ‘Scarface’, de Brian De Palma, fue celebrada por todos los iraquíes. Pero Yahia se apena de que no fuese llevado a juicio.
El teniente y el príncipe se habían conocido en el colegio y desarrollado una somera amistad, pero tomaron distintos rumbos en la Universidad y no se volvieron a ver hasta este encuentro. Yahia fue sometido a varias operaciones de cirugía estética y obligado a imitar los ademanes y costumbres nada civilizadas de Uday, como entrar en las discotecas pegando una ráfaga de tiros al techo para “animar el cotarro” o encarcelar y torturar con sofisticados métodos que encontraba en Internet a los deportistas que entrenaban en el Comité Olímpico que él regentaba y que no daban buenos resultados.
En el libro, Latif trata de analizar los orígenes psicológicos de este comportamiento y los halla en el propio Saddam, quien obligaba a su hijo de cinco años a presenciar ejecuciones y quien demostró en seguida una predilección por Qusay, al que ya preparaba para la sucesión, lo que provocó en Uday no solo esta crueldad, sino también arrebatos de llantos infantiles ante la indiferencia de su padre.
Lo anterior de Tamahori, ‘Next’, me pareció que no tenía por dónde cogerlo. Sin embargo, este film aparenta ser otra cosa y, aunque sea por el escándalo que lo acompaña, puede que resulte, como mínimo, curioso. Podría contener un cierto estudio sobre si el poder y la riqueza son capaces de cambiar a una persona y quizá tenga algún juego con las identidades que dé pie a algún tipo de intriga. De cumplirse cualquiera de estas posibilidades, espero que la película llegue a ver un estreno en nuestras salas. La nota que ha obtenido en las páginas web que incluyen calificación no es nada baja. Como contrapartida, el estilo de realización y montaje con el que arranca el tráiler también nos puede hacer pensar que Tamahori, quien asimismo es responsable de ‘Guerreros de antaño’, ‘Muere otro día’ o ‘Mulholland Falls: la brigada del sombrero’, pueda estar más interesado en un lucimiento estético que el juego que ofreciese la retorcida psicología que se escondía tras este personaje tan desequilibrado.
En el reparto de ‘The Devil’s Double’, acompañan a Cooper Ludivine Sagnier, Raad Rawi, Mem Ferda, Dar Salim y Khalid Laith.
Vía | Rotten Tomatoes.