La verdad es que es lo menos que podía pasar. Si Telecinco es tan escrupulosa en el caso de Eduard Forés, era totalmente ilógico que permitiese los excesos de este tipo que, con la excusa de ser un "provocador", lleva la televisión a niveles subterráneos. Durante su participación en este programa (meses y meses) ha bordeado siempre el límite del buen gusto, y su "lluvia dorada" de la semana pasada ha colmado el vaso.
Desde luego, si la cadena pretende dignificarse y trasladar una buena imagen a la sociedad, este paso era mucho más necesario que el veto a Forés. Ahora sólo cabe esperar que, una vez que han sacado la tijera de podar, sigan eliminando todo lo que aún les queda.