‘Tierra de lobos’ cerró ayer su segunda temporada con un capítulo que trató de cumplir una doble misión. La primera, la de cualquier serie: cerrar la temporada en alto, plantear nuevos enigmas, generar expectativas de cara a la tercera temporada. La segunda, ir mentalizando a la audiencia de que sus protagonistas masculinos dejan la serie. O lo que viene a ser complementario, que han de entrar con cierta prestancia nuevos personajes para lanzar tramas hacia donde la lógica del relato tal vez no nos llevaría.
La serie se está acostumbrando a lidiar con trances difíciles. Se despidió como líder del prime time con un 17%, pero durante toda la temporada ha hecho una media más que honrosa con un 15,4 de share, enfrentándose a una de las novedades más fuertes de la temporada: ‘Tu cara me suena'. Es de los pocos dramedias que hoy por hoy le funcionan a Telecinco y eso que la cadena no se priva de adjudicarle el peculiar trato que da a todas sus series: programarla detrás de debates de 'Acorralados' o de 'Vuélveme loca'.
Cuando 'Tierra de lobos' comenzó, todo el mundo estuvo de acuerdo en que la apuesta era arriesgada: una serie de época, española pero no, porque es un western y en la península no se vivió el lejano oeste. La serie superó las barreras iniciales y todo parecía indicar que, una vez que el espectador hubiera entrado en el juego, en la segunda temporada podría tenerlo más sencillo, pero no ha sido así.
Para empezar, la forma en la que se planteó su producción ha sido un tanto particular. Multipark Ficción y Boomerang TV, las productoras del proyecto, comentaron que los 16 nuevos capítulos serían, en realidad, dos temporadas de 8 episodios. Al final, la cosa ha quedado en 13 (como viene siendo habitual) pero con dos partes un tanto segmentadas, es de suponer que como reflejo del tema de las dos temporadas, que han provocado que el argumento quedara un tanto deslabazado en ciertos momentos. La progresión de la trama no ha sido todo lo lineal que cabría esperar y, como resultado, ha habido capítulos muy potentes y otros más flojos, como de transición, pero no en plan compensado "como hemos dado tanta caña, hoy vamos a descansar", sino más bien "como hemos dado tanta caña, hoy no sabemos qué hacer".
Las tramas
La primera de las tramas que se planteó en esta segunda temporada fue la relacionada con la llegada del ejército. Una revuelta campesina que niega el pago de tributos a la familia Lobo tiene como consecuencia la aparición del capitán Ugarte y sus soldados. A parte del aterrizaje de Sergio Peris Mencheta como nuevo galán, esta trama ha servido para establecer nuevas relaciones entre los personajes: el pueblo ha de trabajar unido para hacer frente al enemigo común e incluso el todopoderoso Lobo se pone del lado de los aldeanos. En este cambio de papeles, es César Bravo quien se alza como el nuevo malo (relativamente, ya me entendéis) por su amistad con Ugarte. Al final, como una Fuenteovejuna Mediasetera, el pueblo logra vencer a los invasores. Asedios, ejecuciones, atentados, un túnel como vía de escape... han sido algunos de los elementos de acción que han salpicado la trama.
Otra de las tramas que se han jugado es la de la trágica relación entre Félix y Almudena. Por el lado negativo, comentar que ha sido un poco brusco el giro del personaje de Nicolás Coronado, que pasó de ser un dechado de virtudes en la primera temporada, a un Jack Torrance en potencia en la segunda. Por el lado positivo, la interacción de las tres hermanas, que han funcionado como personajes activos y con iniciativa para defender a Almudena de su marido. La muerte de Félix y las secuencias en las que las Lobo se unen para ocultar el cadáver han dado mucha vida a la serie.
Y también relacionada con el empuje de las hermanas, tenemos la trama de Isabel. Cada vez resulta menos infrecuente tener a personajes homosexuales en las series, pero en las producciones de época españolas, aún son muy escasas estas tramas (Ahora mismo, recuerdo a Ana y Teresa en 'Amar en tiempos revueltos'). En esta segunda temporada, Isabel vive su nacimiento al amor con la antigua amante de su señor padre, hecho que le da un toque emocionante y prohibido. Cuando Lobo se entera, la encierra en un convento... Y son sus hermanas, que parece que le han cogido el gusto al riesgo, las que la ayudan a escapar. Personalmente, me gusta el empuje femenino que han tomado ciertas tramas, y que no haya que esperar que siempre sea el fornido galán el que rescate a la dama.
Las historias de "tú y yo tenemos un pasado y un día lo voy a contar" también han estado presentes. Desde el principio de la serie, se nos dejó claro que la animadversión que había entre Lobo y los hermanos Bravo venía de lejos. Una posible infidelidad entre la mujer de Lobo y el padre de los Bravo, un tesoro oculto guardado bajo tres llaves, un niño que desconoce sus orígenes... La aparición de Inés, el personaje de Carolina Bang, nos hizo elucubrar sobre los oscuros secretos de las familias. Ha sido una de las tramas que más me ha confundido, creo que ha funcionado a bandazos y sembrando muchas cosas para recoger muy pocas. Además, la posible relación entre Inés y Cesar quedó desactivada también muy rápidamente, puede que como consecuencia de la marcha del personaje masculino.
Los personajes
'Tierra de lobos' tenía dos protagonistas principales: César y Almudena, pero siempre ha sido una serie bastante coral. En esta segunda temporada y con el conocimiento por parte de los guionistas de la salida de los Bravo, otras figuras han tomado más fuerza. Además, han entrado nuevos personajes que lanzarán futuras tramas y cogerán el relevo de los que se marchan. Repasaremos algunos de los personajes más destacados de la segunda temporada.
Lobo: En la primera temporada, el señor Lobo cumplía con bastantes de las expectivas que todo villano debe despertar. Era despiadado y duro, pero también quería a sus hijas, y de ahí venía su punto débil. En la segunda temporada, Lobo ha estado a merced de lo que el ejército quisiera hacer con su hacienda. Además, estaba enfermo y débil. Como giro de personaje es interesante, pero, en este caso, creo que ha sido pronto para jugarlo. Es el típico giro que funciona mejor cuánto más hemos visto actuar al personaje, Lobo había hecho aún pocas "barrabasadas" para que ya perdiera su fuerza.
Nieves: Es la Escarlata O'Hara de 'Tierra de Lobos', una niña mimada y consentida, acostumbrada a tener todo lo que quiere. Es uno de los personajes más complejos de la serie, pues siendo una protagonista femenina, no suele actuar desde la bondad que se suele entender en las heroínas. En esta temporada también ha sabido "sacrificarse" por amor y hacer piña con sus hermanas, a las que siempre es leal. La iniciativa de envenenar el pozo de los Bravo la convierte en una mala malísima.
Aníbal: Ha sufrido el viraje más brusco. A mitad de temporada descubre que es un Bravo (los que antes habían sido sus máximos enemigos) y eso le lleva a una crisis existencial de cinco minutos. Se ha notado demasiado que se necesitaba hacer de él un galán y ha cobrado de golpe demasiado protagonismo. Tanto él como el resto de personajes han aceptado su nueva condición con demasiada presteza. De hecho, en el último episodio, la manera de tratar a sus hermanastros era de una confianza y amor que no cuadraba demasiado con lo que habíamos visto de él.
Elena: Es un personaje que me descoloca. Le han dado un protagonismo más que evidente: es la instigadora de la revuelta popular contra el caciquismo del patrón, se traslada a Casa Grande y sufre el acoso de Lobo, comienza a vivir una historia de amor con Aníbal... Y aún así, muchas veces me da la impresión de que Elena está a rebufo, que actúa como respuesta, pero que pocas veces inicia nada. No creo que sea la premisa que quieren vender con el personaje y tal vez sea su vaivén amoroso lo que no me haya acabado de funcionar.
Y en el futuro...
La marcha de Álex García sirvió para dar un vibrante final a la temporada. César decide autoimculparse de la muerte de Féliz para que Almudena quede libre. El héroe que se sacrifica por amor a su familia suele ser visto con buenos ojos por parte de la audiencia. Y como secuencia final súper impactante, la llegada de un nuevo personaje: Fernando Bravo. Vestido de impoluto blanco, para que contraste con Lobo, que siempre va de negro (¿Os recuerda a otra serie?), el personaje que todos creían muerto regresa con una actitud desafiante y pendenciera que parece prometer muchas tramas de lucha por el poder.
Y la tercera temporada ya se está grabando. Es de esperar que los personajes que han empezado a incorporarse cobren más fuerza y los nuevos actores que se han anunciado tengan un papel destacado: Sandra Blázquez, Alejandro Albarracín, Assumpta Serna, Raúl Mérida... Personalmente, le deseo mucha suerte a la serie. Creo que propuestas nacionales con un punto diferente son necesarias y más en la cadena de la que estamos hablando. A la espera de su regreso y como aperitivo de lo que veremos en la nueva entrega, Telecinco nos ha dejado el siguiente vídeo.
En ¡Vaya Tele! | 'Tierra de Lobos', otra serie sin protagonistas
Ver 7 comentarios