La semana pasada tuvimos uno de esos hechos televisivos que se podrían calificar como, al menos, curiosos, no por la forma de hacerlo ni como ocurrió, sino por donde viene y como viene. Todo comenzó cuando unos cuantos días después de haber comenzado el reality apareció la primera pareja, una tal Flor y un tal “El Feroz” (nombrecito donde los haya, pero parece ser que es boxeador); según parece estos dos chicos estuvieron ya muy emocionados desde el primer día, tanto que se les escapó un par de frases comentado el dinero que iban a hacer en “bolos” y asistiendo a platós varios.
Al parecer esta actitud de ir soltándolo todo por ahí y exagerar una más que improbable relación entre ellos enfadó a la cúpula de ‘Gran Hermano‘, con lo que decidieron en la siguiente gala expulsarlos directamente. Aquí no acaba la cosa, esperad, resulta que cuando fueron expulsados y con una entrevista increíblemente agresiva de Mercedes Milá delante, descubrimos que tanto los directivos de Telecinco como de ‘Gran Hermano’ decidieron expulsarlos por ir encontra del “espíritu” del programa. Y ahora es cuando yo me pregunto ¿de verdad hablaban en serio?
Nadie va a ir en mi contra cuando digo que ‘Gran Hermano’ fue una revolución televisiva… en sus primeras ediciones. Descubrimos gracias a él el concepto de reality y disfrutamos muchísimo con la originalidad y la frescura de sus primeras ediciones. Unas primeras ediciones que se podrían resumir en tres, porque a partir de la cuarta, ‘Gran Hermano’ se convirtió en un reality al que ir para convertirse al salir en un personaje del corazón y ganar dinero rascando la barriga.
En esta conversión Telecinco tuvo mucho que ver, dando bola a todos los concursantes que salían en la casa a base de debates, exclusivas, montajes y programas que se realimentaban una y otra vez de los contenidos que generaban estos personajillos. Por esta razón me resulta completamente absurda (sobre todo viniendo de “los directivos de Telecinco”) esta expulsión ya que no se la cree nadie, más que nada porque aunque lo hayan gritado a los cuatro vientos, todo concursante sabe que, si quiere, va a poder recorrerse mil y un platós ganándose un más que dinero extra, siendo todo orquestado por la propia Telecinco y sus productoras de confianza.
Entonces ¿a quíen han querido engañar? Telecinco es lo que es y por ahora, nadie la van a cambiar, ni siquiera los que piensan inocentemente como Mercedes Milá que ‘Gran Hermano’ es la panacea de la televisión donde se ven a las personas como son. Solo hay que echar un vistazo al cásting de este año, personajes que pueden dar que hablar en la multitud de programas de Telecinco, desde los más light como puede ser ‘El programa de Ana Rosa’, pasando por el esperpento de ‘Sálvame’ y llegando a lo peor de lo peor que podría ser, por elegir uno, el ‘Vuélveme Loca’.
En la entrevista a los dos personajes expulsados, Mercedes Milá dijo que estaban fuera por haber intentando engañar al telespectador y hacer trampas en ‘Gran Hermano’. Aquí la única engañada es Milá si realmente se cree sus palabras, ya que lo único que hicieron mal los dos personajillos es ser un poco patosos y decir a viva voz lo que los doce concursantes de la casa piensan, que han entrado en el mejor escaparate para intentar vivir tres meses de gorra y otros tantos más estando a caballo entre discotecas, programas, montajes e Interviús. Lo divertido es que seguramente estos dos personajes tardarán un tiempo en aparecer como protagonistas en los diferentes programas, mostrando así Telecinco un acto de consecuencia e hipocresía a partes iguales.
Si en el título nos preguntamos si ‘Gran Hermano’ tiene ese espíritu que ha servido como excusa para echarlos, está claro que no lo tiene. Otra cosa es que los hayan echado por incumplir alguna norma por ser tan bocazas, o simplemente para renovar el cásting que dicen que ha sido algo soso, pero eso ya es otra historia que no nos interesa lo más mínimo.