"Yo solo he ido a una manifestación. A la de que vuelva ETA". Esta frase, pronunciada por Argi el martes por la noche en la casa de 'Gran Hermano' le ha valido a la concursante la expulsión disciplinaria de la casa, después de un gran revuelo originado en las redes sociales. La frase se hizo en una conversación distendida, en la que cuatro concursantes charlaban mientras preparaban la cena. Argi se quiso hacer la graciosa haciendo una broma de muy mal gusto, despreciable, que al momento fue acompañada de una rectificación después de que la concursante se percatara de la burrada que había pronunciado.
En esa conversación, Argi preguntaba al resto de concursantes si creían que emitirían la desafortunada broma, ignorando que sus palabras se emitían en directo para aquellos que podían ver el 24 horas. Fueron muchos los espectadores que se enfadaron ante tal comentario, una indignación que fue en aumento cuando diversas asociaciones de víctimas del terrorismo pidieron la salida de Argi de 'Gran Hermano' por pedir "la vuelta de ETA". A partir de aquí, la polémica en cuanto al comentario entró en una espiral en el que las redes sociales han jugado un factor clave, provocando una reacción en Telecinco que recuerda a la polémica que se levantó y que originó la cancelación de 'La Noria'.
En el debate de 'Gran Hermano', Frank Blanco ha dejado claro que quien ha tomado la decisión de expulsar a la concursante ha sido Mediaset, una medida contraria a la postura que inicialmente tomó la productora de 'Gran Hermano', que lamentó lo ocurrido y dejó la decisión de la expulsión de Argi (es una de las nominadas de esta semana) en manos de la audiencia. Es probable que esta medida haya sido un intento de zanjar el problema de raiz evitando que la polémica siguiera creciendo. Si hubiera sido así, la presión en las redes sociales podría haberse trasladado a los anunciantes de la cadena, algo por lo que Telecinco no habría estado dispuesta a pasar por segunda vez.
Una vez más, queda demostrada la influencia que tiene la presión social en los contenidos que vemos en televisión, que hemos podido observar en los últimos años en programa como 'La Noria' o 'Salvados'. En el caso de 'Gran Hermano', la expulsión de Argi recuerda a lo que ocurrió con Carlos en la segunda edición del concurso, después de que muchos espectadores expresasen su indignación al ver cómo trataba a su pareja en el reality. En esta ocasión, la indignación continúa latente, sobre todo entre quienes ven desmesurada la medida que se ha tomado contra Argi, algo que, paradojicamente también podría jugar en contra de Telecinco en el futuro.
El debate continuó sin que se hiciera ninguna referencia más sobre el tema, ni siquiera la concursante tuvo la entrevista a la que todo habitante de la casa se suele someter al salir de esta, aunque se mencionó que Argi podía acudir al resto de las galas si ella quisiera. Nadie en plató salió en su defensa, suponemos que por indicación de la cadena para que no se siguiera fomentando la polémica. Suponemos también que ningún trabajador de Mediaset pondrá en entredicho la decisión que ha tomado la empresa, muy tajante para lograr que este episodio pase cuanto antes y sea olvidado por la mayoría de los espectadores.
Lo cierto es que la cadena se ha encontrado en una situación muy complicada de tratar, ya que a partir de una broma que nadie en su sano juicio compartiría, se ha creado una buena polémica que ha puesto a Telecinco en el punto de mira una vez más. Llama la atención el hecho de que existan otro tipos de comentarios polémicos, por ejemplo también emitidos en 'Gran Hermano', que se hayan dejado pasar, quizá gracias a que han tenido la suerte de no encontrarse de lleno con la presión social, muy fácil de prenderse en la era Twitter. Y es que, ¿cuántos concursantes de 'Gran Hermano' seguirían vivos si se analizaran con la misma lupa todos sus comentarios y comportamientos?
En ¡Vaya tele! | Telecinco cancela 'La Noria'
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