Así lo pienso, y he dejado pasar tiempo, para rebajar la crítica. Lo de ayer no fue OT, fue Gran Hermano. Lo que se empeñan en defender un presentador que perdió los papeles frente a la ganadora (borrón gordo Jesús Vázquez), un jurado que se cree poseedor de la única verdad y luego se desmiente con que el público decide (como si quisieran lavarse las manos), unos profesores que han tenido mayor protagonismo del que deberían (me refiero al Llácer y al Guix, que nunca deben, si quieren tener credibilidad, mostrar sus predilecciones cuando se suponen que son profesores). Mención a parte para unos triunfitos, que quedaron en entredicho con una actitud deplorable, falsa, vanidosa, propia de Gran Hermano, que lo único por lo que han ido al programa ha sido para hacerse un nombre (Iván, ¿alguien me puede explicar la actitud de loca del susodicho desde que ha salido del programa, y su protagonismo en el chat, cuando desde luego su papel debería haber sido de segundón o secundario? ¿Enchufismo?), o obtener un trabajo en un musical aprovechando el tirón de un programa que ha sacado a la luz sus carencias (Sandra), o salir en Interviú, que tiene narices (y parece que no será la única).
Cuando a Noemí Galera le preguntaban dónde se había ido Risto, ella no sabía ni entendía. La respuesta es sencilla. Se marchó harto del bochornoso espectáculo dado por los triunfitos. Porque se les dio más importancia que a los propios finalistas, y porque no quería formar parte del acto de linchamiento a cargo de un programa por su ganadora. Virginia, una chica que la única culpa que ha tenido ha sido ser la más votada por el público, sin ella pedirlo. Que la imagen que se quedará guardada es la de una ganadora sola y olvidada, criticada por sus vulgares compañeros, es lamentable y algo que debe valorar la gente de El Terrat / Gestmusic (como me apuntan en los comentarios, pero vienen a ser lo mismo). La mofa para Risto, y su batalla particular pro Virginia, pero fue el único verdadero. ¿Una falta de educación su marcha? ¿Querer dar la nota? Respeto a la gente que le paga, y fiel a sus principios de no participar en una farsa como la vivida anoche. OT debe terminar. Ayer se vio claramente. Fue el colmo de la vergüenza. ¿La televisión del morbo? Para eso tenemos el cine X. Una chica se metió en un berenjenal sin ella pedirlo, unos triunfitos se meterieron en un lío con su actitud tan deplorable. ¿Educación? Ahora resulta que tras su paso por televisión se creen los reyes del mambo. El tiempo les devolverá al lugar del que no debían haberse movido: el anonimato. Justo premio a lo que sembraron anoche.
Vía | Fandemia En ¡Vaya Tele! | La final de OT fue la de la mala uva En ¡Vaya Tele! | Virginia gana OT, un final precocinado para un producto prefabricado