'Operación Triunfo' termina reivindicando su formato

Nadie podría haber imaginado el mes pasado que ‘Operación Triunfo 2011’ tendría una vida tan corta. El reality de Telecinco emitió anoche su quinta pero última gala y lo hizo entre recuerdos, quejas y lágrimas. Doce triunfitos optaban a ser finalistas, algo nunca visto en un programa de estas características, y al final fue Nahuel el que se impuso a Jefferson y Álex y acabó ganando la octava edición de ‘Operación Triunfo’. Eso sí, hubo premios para muchos concursantes, por lo que eso de elegir al ganador se convirtió en un puro trámite.

El pasado fue importante en la gala de anoche, casi tanto como el presente. ‘Operación Triunfo‘ quería demostrar el recorrido que lleva en esto de la televisión y cómo ha fomentado la creación de nuevos artistas durante su larga vida. Para ello invitaron a muchos concursantes de ediciones pasadas, que llegaron al plató siguiendo el recorrido de una alfombra roja. Pero no nos engañemos, no todos volvían como artistas. De entre los presentes, se echaron de menos varias caras y costó reconocer a algunos (a otros los dí por imposible), por lo que una vez más se puso de manifiesto lo efímera que puede ser la fama televisiva de nuestros días.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Toda la gala se convirtió en un acto reivindicativo sobre la repentina cancelación del programa. Tanto que las valoraciones del jurado sobre las actuaciones sólo sirvieron para mandar mensajes a los causantes de la desaparición de ‘Operación Triunfo’. Especialmente indignada se mostró Noemí Galera, que dedicó sus intervenciones para criticar la mala programación que se ha hecho del programa y la pérdida del apoyo por parte de la cadena. Eso sí, de autocrítica nada de nada. No era el día de analizar lo que se ha hecho mal sino de disfrutar de la última gala y ya de paso echar balones fuera.

Especialmente clara fue Nina al principio de la gala que llegó a afirmar que el programa se lo habían cargado y fulminado de la noche a la mañana para luego sentarse junto a los triunfitos y vivir la última gala como una espectadora más. El futuro demostrará si la actitud de alguno de los miembros de la academia influirá en las relaciones de ellos o de Gestmusic con Telecinco, ya que todas las críticas que ayer lanzaron los miembros de la productora estaban dirigidas en contra de la cadena.

Y la que más ajena estaba a todo, una vez más, Pilar Rubio, que presentó la gala con una forzada pena que el guión le exigía pero con la actitud de ser una chica que pasaba por allí y que se había encontrado todo ese marrón de repente. No creo que ella sea la culpable del declive de ‘Operación Triunfo’ pero hay que reconocer que su poca naturalidad y su falta de experiencia ha influido para que las galas perdieran el ritmo que deben tener para enganchar al público.

Lo primero de la gala fue saber quién de las dos nominadas era salvada por la audiencia. Geno tuvo que decir adiós y muchos vieron esfumarse las esperanzas de que ella se convirtiera en la primera expulsada de ‘Operación Triunfo’ y la última ganadora, cerrando así el círculo. Después comenzaron las actuaciones de cada triunfito tal y como estaban previstas, algunos en solitario y otros por parejas, actuaciones que terminaban con una frase de despedida de cada intérprete. Pero no hubo nada de valoración por parte del jurado, que al margen de las protestas también dedicó su tiempo para despedir a cada uno de los triunfitos. Como se sabría más tarde, poco o nada importaba quién fuera el ganador por lo que no tenía sentido valorar quién lo había hecho mejor.

También hubo espacio para los viejos triunfitos, algunos de los cuales, como Bustamante o Soraya, se subieron al escenario para interpretar sus canciones. Pero sin duda la mejor actuación fue la de Pablo Alborán, la última de la noche. El mensaje que se enviaba a los triunfitos era claro. No os preocupéis, porque aquí tenéis a un chaval que gracias a internet ha conseguido hacer realidad el sueño de ser artista. Si no es gracias a la televisión, siempre nos quedará Youtube.

Algo que se hizo aún más evidente cuando se descubrió el nombre del ganador. Nahuel se impuso a Álex (mi favorito) pero como dije anteriormente de nada importaba quién ganase porque había sorpresa: todos tendría una oportunidad en el mundo de la música. Bueno, en realidad, no todos, pero nos quisieron dejar contentos con ese sentimiento. Si mal no recuerdo, hasta seis triunfitos fueron elegidos para realizar un single que se presentará en internet para conseguir entrar en el mundo de la música. Y también se anunció una gira que tendría lugar en abril, algo que no me extrañaría que al final se cancelase como ha pasado en otras ocasiones.

Al final todos se marcharon con un dulce sabor de boca, que puede que se vaya agriando con el paso del tiempo. Y para hacer la noche más épica todos los triunfitos presentes se reunieron en el escenario para interpretar “Mi música es tu voz”, uno de los himnos ligados a ‘Operación Triunfo’ desde su primera edición. Fue una despedida bonita, nostálgica, gustó ver a todos reunidos volviendo a cantar esa canción. El escenario se apagó y el lema “Viva OT” quedó incrustrado en letras blancas. Punto y final a ocho ediciones de ‘Operación Triunfo’ (¿es lógico pensar que será la última no?), aunque yo temería que la vida de ‘Operación Triunfo’ dependiese de internet. Si la televisión ha demostrado que la fama que otorga está envenenada, la que ofrece twitter y compañía es aún más voraz y efímera. Aquí puede que muy pocos logren sobrevivir. O quizá ninguno.

En ¡Vaya tele! | Las claves del fracaso de ‘Operación Triunfo’

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