Vaya una guerra peculiar la vivida a cuenta de los saltos de famosos desde el trampolín. Los dos programas que han protagonizado la penúltima batalla entre privadas podrían haber sido unos entretenidos realities (para mi gusto, menores) que viviesen una existencia plácida en un prime time cualquiera y que, quizá, gustasen a un público que buscase pasar un rato sin mayores pretensiones. Pobrecillos, qué poco sabían ellos del papelón que les iba a tocar defender.
Esta guerra por el trampolín vivió anoche uno de sus capítulos más importantes con la bajada del telón del candidato mediasetero ‘Mira quien salta’. Se despidió de la audiencia con un más que honroso 20,3%, con lo que, aunque bajó desde su estreno, en el que arrancó con un 23%, se ha convertido en líder de audiencia en sus noches de emisión, exceptuando la semana pasada en la que competía directamente con ese inesperado rival que fue 'La Biblia' de Antena 3.
El último capítulo de una guerra televisiva
Con tan sólo cuatro programas, Telecinco ha dado por finiquitado un programa que ha resultado entretenido y bastante refrescante en conjunto, aunque ¿era eso realmente importante? ¿O resultaba mucho más esencial meter el dedo en el ojo a una Antena 3 que se había atrevido a hacerle la competencia, a "quitarle" la piscina que Cuarzo ya estaba gestionando, y demostrar, al fin y al cabo, quién sabe hacer un reality y quién necesita mejorar?
Algunos pensarán que hacer telerrealidad es una basura infecta. Lo que yo creo es que, si te pones, te pones, y que apostar por un formato tiene que ser de verdad, no disfrazándolo de otra cosa para parecer más políticamente correcto. Hace unos meses, Cuarzo adquirió los derechos del programa ‘Stars in danger’. En noviembre, saltaba la noticia de que Telecinco apostaría por el programa… pero que Antena 3 le haría la competencia con la adaptación de ‘Celebrity Splash’, un formato que ha acabado llamándose '¡Splash! Famosos al agua'. ¿Quién ganaría?
A día de hoy, antes de que Antena 3 acabe el concurso (pero teniendo muy presentes las descendentes cifras en audiencia y la “sustitución bíblica” en Semana Santa) se puede decir que Telecinco no ha perdido. Con tan sólo cuatro programas, ha despachado un espacio que le ha dado (y seguirá dando) muchísimo que hablar, y por tanto, más audiencia, en sus programas de referencia, matutinos y de tardes. El efecto rebote que cualquier programa de este tipo tiene en Telecinco es fundamental, pues el generar "fuego cotilla" es un efecto muy beneficioso. Y cómo aprovecha Mediaset estos lances, no hay más que recordar que tras el segundo programa, en el que ganó Natalia Millán, Telecinco anunció que la actriz participaría en 'Dreamland', esa serie musical que supuestamente se grabó el pasado verano.
Es imposible hacer un análisis del programa sin tener en cuenta el espacio de Atresmedia. Mientras que Antena 3 se está gastando una pasta gansa para sacar adelante un programa con celebrities “de primera” (algunas cifras hablan de 700.000 euros frente a los 270.000 de Mediaset), Telecinco ha echado mano de exconcursantes de realities, de famosos del corazón, de gente de la cadena... de personas que ya forman parte de ese universo que vende a diario y que tantos compradores tiene. Porque sí, Mediaset ha generado un universo interno en el que se suben y bajan famosos constantemente, como en una telenovela, que tiene capítulos repetidos o giros sorprendentes pero una maquinaria que nunca para.
Un buen espectáculo
Y, por supuesto, aparte de todo esto, está la maestría de Mediaset con el formato. Los programas han sido dinámicos, ágiles y... con muchos saltos. Todos los concursantes saltaban todos los días, los tiempos muertos eran mínimos y la competición por parejas dio mucha vida al concurso. El presentador, el impecable Jesús Vázquez que vale pa un roto y pa un descosío y el jurado, con dos figuras del deporte, indispensables para que el programa tenga algo de sentido, con un Pumares que quería ser Risto pero que se quedó en señor entrañable y que fue sustituido por una Bibiana Fernández mucho más solvente en esto de dar opiniones de archivo y con un Boris Izaguirre al que me imagino dos días antes en su casa “Anda, ¿pues no me acaban de llamar para hacer de jurado?”
Un detalle técnico que me ha gustado bastante es la participación de un narrador deportivo, Marcos Robledo, que comentaba al más puro estilo olímpico los saltos de cada uno de los participantes, una nota que aportaba un toque profesional que se agradecía. Por lo demás, la final de anoche se enmarcó dentro del más puro espectáculo, con actuación de una Soraya que se barruntó como participante en su momento y que saltó desde los tres metros y un Jesús Vázquez que también saltó y que habló abiertamente de una segunda temporada del concurso.
Una vez acabada esta primera edición, ¿debe sentirse satisfecha Telecinco por el resultado de su programa? Pues seguramente sí, aunque, ¿hay en la sala alguna ficción que se haya sentido perjudicada por el nuevo reality de moda? Que hable ahora o calle para siempre. Bueno, pues sí, parecen que se alzan algunas manos ensangrentadas.
En ¡Vaya Tele! | '¡Mira quién salta!', saltos de andar por casa
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