Anoche Telecinco no pudo emitir su reportaje El precio del paraíso, sobre la prostitución, porque una jueza de Madrid dictó medidas cautelares a partir de la denuncia de injurias y de intromisión al honor de una de las protagonistas del espacio (en la imagen, la chica de la izquierda). Demasiado tarde, diría yo, porque tanto la cadena como la productora del espacio, El Mundo TV, ya se han encargado de utilizar sus declaraciones para vender el reportaje y para situarla, ahora como denunciante, en el ojo del huracán.
La denunciante asegura que en el reportaje seguía un guión, cosa que obviamente niegan desde la productora. En Telecinco explican que para hacer este reportaje de investigación montaron un casting de una productora ficticia para contactar con chicas “con ganas de encontrar opulencia y poder”. Seleccionaron los perfiles más idóneos y después las acompañaron para ver cómo se desenvolvían en sus ambientes y cómo seleccionaban a los hombres que pensaban seducir.
¿Quieren decir que unas chicas van a un casting y se dedican a contar sus hazañas como aspirantes a Catalinas? Las llaman Catalinas, como a la protagonista de Sin tetas no hay paraíso, porque el reportaje tenía que emitirse antes del capítulo final de la serie. ¿Están reconociendo que engañaron a las chicas con un casting falso? Quizá les dijeron de qué iba el asunto una vez seleccionadas, porque se dejaron acompañar con cámaras, probablemente ocultas (marca de El Mundo TV,) a los locales que suelen frecuentar. Si no les dijeron la verdad, ¿cómo hicieron para acompañarlas?
No seré yo la que venga a decir ahora quién tiene razón, me faltan datos y mucha información para hacerme una idea ni siquiera aproximada, pero a la luz de las evidencias parece que, como ha ocurrido otras veces, El precio del paraíso terminará viéndose y se beneficiará de la publicidad que le supone la polémica. Los de El Mundo TV son especialistas en firmar reportajes que, antes de su emisión, pasan por un juzgado, como aquel de Operación Canguro sobre la pornografía infantil (Telecinco), o como la serie Fago (Televisión Española). Ganaron la demanda que presentó contra ellos Miss España por el reportaje de la compra del título, y perdieron contra el hombre inocente que les demandó por implicarle en el 11-M en el reportaje que hicieron sobre el atentado y que emitió Telemadrid, que también tuvo que pagar indemnización al denunciante.
A estas alturas y con semejante historial, si no han cambiado su forma de hacer televisión es, obviamente, porque pese a las demandas les salen rentables los reportajes. Las cámaras ocultas y la polémica, disfrazadas de actualidad y de investigación, son un campo abonado para la alarma social y los índices de audiencia. Y que conste que no sólo trabajan para Telecinco. ¿Autorregulación de las cadenas? No se lo creen ni ellos.
Vía | El Mundo, Telecinco
En ¡Vaya Tele! | Golpe judicial al “periodismo de investigación” con cámara oculta