'Lo que escondían sus ojos', factura técnica de altos vuelos

'Lo que escondían sus ojos' ya ha hecho historia en la televisión. Muchos no nos habíamos dado cuenta, pero ha sido el único estreno de ficción nacional en este año para Telecinco, algo que merecería más de una reflexión. Después del éxito del final de 'El Príncipe' y del todoterreno de audiencias de 'La que se avecina', durante todo 2016, la cadena ha estado más volcada que nunca en el dominio de la telerrealidad para su prime time.

Pero, por fin, después de que el debut de 'Sé quién eres' no haya llegado a materializarse, Telecinco le daba una nueva oportunidad a la ficción de la mano de dos de las tendencias de moda en nuestra tele. Por un lado, historias de época, que siempre parecen tener a una parte del público dispuesto a darle una oportunidad. Y, por otro, adaptaciones de novela que el éxito de 'El tiempo entre costuras' pareció dar nuevos bríos.

En este caso, hablamos de un libro escrito por la periodista Nieves Herrero. 'Lo que escondían sus ojos' debutó con un 19,3% que nos augura duelos de infarto con la propuesta de TVE, un 'MasterChef Celebrity' con muy buenas audiencias para La1.

Amor en un difícil contexto

La historia de 'Lo que escondían sus ojos' tiene alicientes muy suculentos. El hecho de que se trate de una historia de amor real la hace más interesante. Eso sí, una de las dificultades de la serie es conseguir que los espectadores empaticen con personajes que quizá, a priori, no tuvieran ganadas muchas simpatías por parte del gran público.

Es imposible obviar el contexto histórico en el que se desarrolla la historia. La posguerra está en su momento más oscuro y la sociedad sufre las consecuencias del conflicto. Además, tenemos más implicaciones, como esa intervención o no de nuestro país en la Segunda Guerra Mundial. Al margen de las cuitas amorosas, éste es uno de los temas más interesantes y, si se le diera más recorrido, no nos importaría nada.

No podemos dejar de advertir las dificultades que los guionistas han tenido que enfrentar para encarar ciertos momentos. El equilibrio parece díficil. Aún así, el resultado es el de una historia ágil y dinámica, entretenida, que se ve con gusto y a pie a comentar los detalles más pequeños.

Personajes de una época

Cabe destacar el trabajo de algunos actores. El matrimonio Franco, a pesar de no ocupar muchos minutos, tiene dos representantes más que dignos con un Javier Gutiérrez que imposta magníficamente la voz y con esa Pepa Aniorte que resulta tan camaleónica como siempre.

El reparto de esta ficción está cuajado de buenos actores. Siempre bien viene poder auparse con ellos. Emilio Gutiérrez Caba es un clásico de ésos que dan solera a cualquier trabajo. Pepa Rus nos llena de ternura en esos registros que la alejan tanto de la Macu, Javier Rey nunca defrauda... Quizá a Rubén Cortada le falta un poco de empaque para enfrentar a un personaje tan destacado como Serrano Súñer, eso sí.

Calidad técnica

Uno de los aspectos que más destacan en esta serie es la calidad técnica con la que se ejecutan cada una de las secuencias. De verdad que da gusto ver cómo las ficciones nacionales se han puesto totalmente las pilas en este aspecto, para conseguir resultados que no tienen nada que envidiar al cine.

Lujo en los decorados, en la planificación de las secuencias, el uso de la luz... Por no hablar de un vestuario que merecería un artículo por sí solo. El director Salvador Calvo se luce en esta nueva oportunidad que Telecinco le ha dado y, como espectadores, nos gusta que se ejecuten este tipo de propuestas con la máxima profesionalidad posible.

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