Anoche Telecinco estrenó la cuarta temporada de ‘La que se avecina’ y se confirmaron dos cosas que se veían venir: que la serie estaba prevista para estrenarse antes (el vestuario y ciertas referencias eran de invierno), y que han optado por eliminar tramas transversales y dedicarse a los conflictos más básicos que tan bien funcionaron en la tercera temporada.
Novedades, los que se dice novedades, no hubo demasiadas, y la temporada retoma los hilos que quedaron pendientes en el especial de Navidad. Ya hace tiempo de aquello pero esto no es ‘Perdidos’ así que a nadie le habrá costado mucho situarse. Es una de las ventajas de optar por la comedia de situación y el gag constante.
Los Recio en estado puro otra vez, con esa confesión de final de episodio que me guardo por si alguien no lo ha visto pero que promete situaciones delirantes. Los Cuquis en la cresta de la ola, con un Amador endeudado hasta las cejas y agobiado por los compromisos. Estela Reynolds malmetiendo, manipulando y convirtiéndolo todo en un drama para sacar provecho. A falta de ver el resto de episodios, estas parecen ser las claves que van a guiar los designios de esta cuarta temporada.
La decisión me parece acertada porque, aunque sigue siendo una serie coral, necesitaba centralizar un poco los focos de atención de manera que los personajes más emblemáticos pudieran desarrollarse adecuadamente sin dejarse llevar por los demás miembros del vecindario a los que yo no llamaría secundarios, pero que son cada vez más víctimas de los ya mencionados. Las relaciones de poder siempre funcionan cuando se trata de explotar el lado más vil y perverso de los personajes.
La comedia mantuvo el pulso delirante de la tercera temporada, cosa que le caracteriza, y aunque los datos de audiencia de ayer no sean como para tirar cohetes (un 13,1% de share), creo que si dejan la serie en su sitio, sin moverla demasiado, podrán remontar esas cifras. Es complicado porque se avecina el Mundial, pero creo que aún pueden dar guerra.
En ¡Vaya Tele! | ‘La que se avecina’ vuelve a la batalla