Sí, soy Victoria Castellanos, y hoy lo seré por última vez. Hace veinte años que veo la vida tan perfecta que has llevado, la familia que has tenido. Todo eso era mío. Tú me lo robaste al morir Santos. Has destrozado mi vida
(En esta entrada se habla abiertamente sobre la serie ‘Motivos Personales’ y su final. Si no has visto la serie, lee sólo bajo tu responsabilidad)
No hay nada peor en el mundo que una asesina con ansias de venganza. Bueno sí, hay algo peor: que esa asesina sea tu mejor amiga e intente hacerte sufrir por todos los medios antes de acabar con tu vida. ‘Motivos Personales’ es la historia de una venganza, de una mujer despechada en busca de su propia justicia ante la muerte de su amante. Virginia Palazón es su seudónimo, pero detrás de la abogada de los Laboratorios Acosta se encuentra Victoria Castellanos, quien no cesará hasta acabar con todo lo que alguna vez ha sido importante para Natalia Nadal.
La historia de Victoria Castellanos se remonta a comienzos de los 80. En aquellos momentos era “la otra”, la amante de Santos, un famoso y rico empresario casado que siempre le prometía el oro y el moro, pero que nunca llegó a dejar a su mujer. Tampoco le dio tiempo a más, porque Natalia Nadal, una periodista de investigación, destapó toda una trama de corrupción que envolvía a Santos y a sus socios, algo que acabó con éste ahorcado con su propia corbata el primer día de condena. Santos se había suicidado.
Cualquier persona con dos dedos de frente achacaría esta muerte a la cobardía de un hombre incapaz de ver más allá del dinero, pero Victoria decidió idolatrar a su amante y echar toda la mierda encima de Natalia. Poco a poco se fue infiltrando en su vida, primero como abogada de los Laboratorios Acosta, donde trabajaba el marido de Natalia, y después como amiga capaz de todo por ayudar a resolver los misterios que se iban planteando.
Una vez establecido todo el arsenal, llegó el momento de comenzar la venganza. La muerte de Mara Yimou fue el detonante, un asesinato cometido por Pablo Acosta, amante de Virginia, pero asignado a Arturo (el marido de Natalia), quien no tardó en ir a la cárcel. Allí fue encontrado muerto en su celda, ahorcado por su propia corbata en lo que a todas luces parecía un suicidio de libro… ¿O no lo era?
Todos nuestros actos tienen consecuencias. Tú, hoy rindes por los tuyos
Natalia comenzó a investigar, siempre con la ayuda de Virgina, pero algo raro pasaba. Cada vez que Natalia encontraba una pista, ésta desaparecía poco después como por arte de magia. Los papeles se perdían, las cintas de vídeo se borraban y todo aquél que podía saber algo no tardaba mucho en aparecer asesinado. Virginia lo tenía todo orquestado y preparado para que Natalia nunca llegara a saber la verdad. Su única intención era hacerla sufrir, robarle todo aquello que alguna vez ha amado para finalmente acabar con su vida de la peor forma posible.
Lo que Virginia no sabía es que dos personajes de su pasado podían aparecer para aguarle la fiesta. Uno de ellos era Ángeles Martorell, la viuda de Santos; el otro era “El Arcángel”, la amante de Ángeles. Dos mujeres enamoradas que, según había organizado Virginia, debieron haber muerto juntas muchos años atrás en un accidente de coche. Y sin embargo, seguían vivas; una encerrada en un psiquiátrico, la otra en estado catatónico, pero ambas conocedoras del secreto de Virginia. Sólo había que explorar en sus cabezas para que dijeran la verdad.
Y por si esto fuera poco, Virginia cometió un error que acabaría con toda su estrategia. En una foto reconoció al Arcángel, pero… ¿Cómo era posible que Virginia supiese de su existencia? ¿O más aún, de reconocerla? Natalia dio en el clavo, Virginia era la asesina que intentaba arruinarle la vida, pero para inculparla, antes tenía que demostrarlo. Todos los que alguna vez odiaron a Virginia Palazón, que no eran pocos, se unieron para inventarse una historia paralela con el único objetivo de hacera confesar, y lo consiguieron.
La verdad no te interesa, has organizado todo esto para vengarte de mí y de los Laboratorios. Tú y yo no nos diferenciamos en nada.
La maravillosa escena del final de la serie en el Polideportivo reveló toda esa historia, un mar lleno de personajes, tramas y falsos asesinatos destinados a sacar a la luz la esencia de Victoria Castellanos. Todos los que alguna vez “apreciaron” a Virginia pusieron su granito de arena, y entre todos la hicieron caer usando sus propias armas. Y no sólo eso, después de saber que el propio Santos fue quien ordenó la muerte de su hijo, se dio cuenta de que su amante no la amaba, por lo que su vida tras la muerte de su amante había sido una farsa. Como bien le dijo Natalia: “Has matado por nada“.
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