En efecto, Telecinco ha hecho un hueco en su programación estival para unos minutos de Batuka. Jéssica Expósito, la cara de este movimiento (liderado en la sombra por Kike Santander, cuyo olfato para los negocios es directamente proporcional a su capacidad de hacer metáforas absurdas), será la encargada de conducir este programa en el que, al estilo de la mítica Eva Nasarre pero de tiempos modernos, tratará de ponernos en forma. Este espacio, aparte del interés directo que pueda tener para la cadena, es obviamente un movimiento preparatorio: así se va calentando el ambiente para la próxima edición de OT, cuyos castings ya están en marcha, y que llegará en breve a las pantallas de Telecinco (de hecho, este próximo martes se inician las hostilidades con "OT 2006, de nuevo en marcha", un especial presentado por Jesús Vázquez y que contará con los ganadores de la última edición).
La verdad es que a Operación Triunfo se le podrán criticar muchas cosas, pero lo cierto es que es una auténtica máquina de hacer dinero. Su primera edición fue espectacular por el impacto social que tuvo. Las siguientes fueron más limitadas en cuanto a repercusión, pero igualmente rentables. Y es que al beneficio directo del programa, se unen los derivados de la explotación de las carreras discográficas de los chavales, los conciertos y las giras, el merchandising, las películas, la licencia para su emisión en otros países, la Batuka...
Así, es normal que sigan apareciendo ediciones. ¿Cómo no? Mientras la gallina siga poniendo huevos de oro, aunque sean menos que al principio, seguiremos viendo jóvenes talentos. Si, además, la productora es capaz (como ha hecho este año) de controlarse tratando de no saturar el mercado, es posible que los telespectadores no sólo no acaben hartos del programa, sino que esperen cada nueva edición con ganas.