Telecinco ha encontrado una forma de hacer audiencia que consiste en tener un reality de convivencia al que explota al máximo en su programación. Busca un casting potente que le pueda aguantar el tirón y, sobre todo, ha aprendido a parchear los errores de esa vida real sobre la marcha, con decisiones que le hagan seguir conectando con el público.
Muchas personas están en contra de este tipo de programación, por mil y una razones. Pero yo sí estoy a favor de una cosa: de que los programas sean lo que prometen y no engañen su propia naturaleza. Se anuncia telerrealidad y eso es lo que tenemos, no se avergüenzan ni sienten temor. No se quedan en medias tintas ni tratan de buscarse disfraces.
No pasa de moda
Estas entrañas al aire son las que hacen que Telecinco triunfe donde otros no se atreven. Así acabamos de despedir la cuarta edición de 'Gran Hermano VIP', que ha supuesto un incuestionable éxito no sólo por las cifras que logra en las clásicas galas de los jueves, sino por consigue generar contenido para un montón de horas de la parrilla de Mediaset.
¿Qué es un VIP? El ser famoso es una cosa muy relativa, porque si para ti esa persona que sale en la tele no es conocida, por mucho "vipismo" que le quieran dar, no vamos a ningún lado. Pero Telecinco ha sabido crear su propia cantera de VIP's, hombres y mujeres a los que vemos en diferentes espacios alimentando una imagen que se construye por fascículos.
Y esta tendencia no pasa de moda. 'Gran Hermano VIP', en la gala de su final, consiguió ser lo más comentado del día sobre televisión en Twitter con casi 250.000 tuits, arrasando sobre la segunda opción: 'Vis a vis'. Y esa no es la única anécdota a comentar alrededor de las redes sociales: ¿qué me decís de ese perfil de la Guardia Civil entrando de lleno en la guerra entre #lauristas y #lozanistas para apaciguar las aguas?
Sus más y sus menos
Por lo demás, ¿qué decir de esta nueva edición de 'Gran Hermano VIP'? Algunos puristas están en contra de cómo se hacen ciertas cosas ahora, sobre todo, de lo que quebranta la esencia del concurso. Y eso es, por ejemplo, la entrada de gente de fuera que calienta la sartén, a costa de traer esa información del exterior que antes estaba tan prohibida.
Este año ha estado además protagonizada por esas acusaciones de "muebles" hacia algunos concursantes, muy de la casa, y a los que se le dio caña desde el minuto uno, el entretenimiento por encima de todo, signifique eso lo que signifique. La presión que algunos han recibido también nos habla de cómo ha cambiado la "vida en directo".
En ¡Vaya Tele! | Arranca una nueva edición de 'Gran Hermano VIP' (y es de traca)
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