¿Pueden Ion Aramendi y Marta Flich subir las audiencias de una marca en decadencia como es Mediaset? Habrá que verlo
Hoy se estrena 'Gran Hermano VIP', pero es probable que ni siquiera te hayas enterado. El que antaño era el buque insignia inquebrantable de Telecinco ahora se ha convertido en una lancha salvavidas que han lanzado a la desesperada para ver si, con un poco de suerte, son capaces de llegar a la orilla y salvarse tras el rotundo fracaso de todo lo que han estrenado en los últimos meses (casi años). ¿Es esta la salvación de una cadena a la deriva o estamos ante el último clavo de un modelo de televisión ya caduco?
El vaivén en la estrategia
El desprestigio de la marca Telecinco nunca se ha visto tan claro como en la elección de los concursantes de este nuevo 'Gran Hermano VIP': si antaño que tu nombre sonara era motivo de alegría e incluso podías lanzar un guiño para concursar en el futuro, ahora es motivo casi de agravio. No son pocos los famosos que, al ser preguntados, han negado tajantemente su participación, sin ningún viso a cambiar de opinión ni a dejar la puerta abierta: Mediaset ya no es el sitio al que uno va a hacerse famoso, sino un cementerio de elefantes cuyo artificio ha quedado al descubierto.
Cuando la cadena dejó marchar 'Sálvame' cometió el error de hacerlo sin una idea consolidada de lo que iban a hacer después. Las elecciones estaban marcadas para final de año y dar un giro a la política quitando a Jorge Javier Vázquez y poniendo en su lugar a Ana Rosa Quintana respondía a inquietudes claramente partidistas, pero, después de su adelanto, Telecinco se ha quedado con una mano delante y otra detrás. Ni política, ni entretenimiento, ni universo propio de famosos. Nada tiene sentido en su programación.
Quizá por eso van disparando espaguetis con la esperanza de que alguno se pegue. Intentaron que 'Cuentos chinos' (de temática progresista, para liar aún más la afinidad política de la cadena) compitiera contra 'El hormiguero', pero ayer tuvo un desastroso 6,8% de share que arrastró al fango al estreno de 'El musical de tu vida', que no llegó ni a los 800.000 espectadores. Ni 'Así es la vida', ni los concursos vespertinos, ni 'Vamos a ver' han conseguido levantar cabeza y ser un éxito. Sí, van tirando. Pero para una cadena acostumbrada a ser la número uno, ser superada por La 1 y Antena 3 de manera habitual tiene que estar preocupando. Y entonces, ¿qué?
Quién es esta gente
La estrategia para este 'Gran Hermano VIP' es ir dando pistas a los pocos espectadores interesados y que la mayoría de los nombres se conozcan en directo, lo que lleva a dos conclusiones: o tienen una increíble sorpresa con la que quieren ser trending topic, o la lista de famosillos es tan cutre que no quieren que el enfado del público se alargue en el tiempo. De momento, conocemos algunas de las caras que entrarán, como Sol Macaluso, que fue reportera durante la guerra de Ucrania; Jairo Alonso, el ex de Isabel Díaz Ayuso; Laura Bozzo, presentadora peruana que en España ya estuvo en 'Crónicas marcianas'; y Jorge Brazález, ganador de 'Masterchef 5'. Tan emocionante como ver la pared secándose.
Y no hay nada que puedan hacer al respecto: 'Supervivientes' hace tiempo que dejó de ser un fenómeno nacional (este año no llegó al 20% de share nunca y su techo fue de algo más de millón y medio de espectadores) y ninguno de los parches que han intentado poner, desde 'Pesadilla en el paraíso' hasta 'Secret Story' han funcionado. Ridículo tras ridículo, 'Gran Hermano VIP' es la prueba de fuego para saber si Telecinco puede aspirar, en algún momento, a ser lo que era sin el apoyo de sus famosos de producción propia más importantes.
Pero el problema va más allá de su errónea programación o de sus bandazos catódicos. Su mayor incertidumbre actual está enraizada en su propio ADN: el mismo nombre de Telecinco, que antes sonaba a éxito resplandeciente y entretenimiento popular, ahora suena inevitablemente a caspa y decadencia... pero sin diversión de ningún tipo. Han perdido a su público cautivo, que es lo peor que puede pasar en televisión, y este se ha ido a mejores pastos, ha descubierto el streaming o se ha refugiado en la más amigable programación de Antena 3 y TVE.
Very Ignorant Programation
Si Mediaset diera un bandazo de 180 grados y se dedicara a hacer lo mismo que sus competidoras, ¿podría lavar su imagen? Personalmente creo que se ha dañado tanto en tan poco tiempo con decisiones erróneas que, aunque mañana consiguiera los derechos de 'Pasapalabra', no alcanzaría ni lejanamente el éxito que tiene en las tardes de Antena 3. El público, incluso el que antaño estaba enamorado de los famosos de segunda y los realities continuos, rechaza Telecinco activamente como concepto. Y hay poco que se pueda hacer ahí.
A la decadencia actual de la televisión lineal, de la que apenas se salvan los eventos deportivos, 'El hormiguero', 'Pasapalabra' y algún que otro evento especial, se le suma el hecho de que el público, que no entendió que se deshicieran de Belén Esteban, Jorge Javier y compañía dejando la puerta abierta a los de Netflix, no tiene ningún interés por seguir apostando por un micro-ecosistema de famosetes por los que ya no hay ningún motivo para seguir invirtiendo tiempo.
Lo mejor que le puede pasar a Telecinco es, paradójicamente, fracasar. Caerse por una metafórica escalera, darse un trompazo incluso con aquello que creían que era una insignia y descubrir que necesitan darle varias vueltas a su propio concepto, añejo, anclado en el pasado y que causa más repulsa que aprecio incluso entre su propio público objetivo. Encontrar una nueva identidad propia para ellos y para Cuatro, su canal secundario en el que solo cabe el fondo de armario. Lo contrario sería agrandar una agonía que se está haciendo, a estas alturas, insoportable.
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