Ayer finalizó una edición más de ‘Gran Hermano‘, la décima (creo que seguimos siendo el país con más temporadas), y lo hizo batiendo récords de audiencia. Con unos datos que hace mucho que no veíamos (31,5% de share), dejó al resto de opciones de la noche por debajo del 15%, incluído el capítulo de ‘Los hombres de Paco‘.
Los que auguraban el cansancio de la audiencia ante un reality show que, por mucho que se empeñen en intentar introducir novedades, es básicamente siempre lo mismo, se equivocaron claramente. ‘Gran Hermano’ sigue interesando y sus audiencias han sido incluso mejores que las de la pasada tempordada. El reality sigue siendo un valor seguro para Telecinco (tan necesitada de audiencia en estos tiempos). Por supuesto, la cadena ya se ha apresurado a confirmar que habrá una undécima edición.
No me cabe ninguna duda de que gran parte de su éxito es debido a Mercedes Milá que se ha adueñado definitivamente del programa con su marcada personalidad (la gente la ama o la odia profundamente). Deambula por él como si estuviera en su casa. Sus meteduras de pata, sus peleas y su espontaneidad son incluso más importantes para ‘Gran Hermano’ que los propios concursantes, que cada vez son más intercambiables. Ahora mismo sería inconcebible el programa sin ella.
Imagen | Telecinco.es
En ¡Vaya Tele! | Gran Hermano
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