Lo analizaba hoy el diario La Razón y lo cierto es que, pese a que lo sabía, yo no le había dado mayor importancia hasta que lo he visto escrito y es cierto que es para nota. Me explico: el jueves no hubo gala de expulsión en Gran Hermano como consecuencia de los paros intermitentes que se vienen sufriendo en la cadena y que están afectando a algunos de los programas que habitualmente se hacen en directo (curiosamente no a los informativos).
Dado que no se podía hacer el programa, en lugar de hablar con los habitantes de la casa y comentarles el problema o explicarles que la gala se había retrasado al viernes, simplemente se les dejó pasar el día como un jueves normal y, una vez llegada la hora de conectar con plató, se les avisó de que este año las cosas eran diferentes y por tanto las expulsiones no necesariamente tenían que ser en jueves.
Si a esto sumamos que la semana anterior y en el día de nominaciones no se habían hecho públicos los nombres de los nominados y por tanto todos los concursantes tenían hecha la maleta en previsión de una inminente expulsión, la tensión en la casa de Guadalix y el despiste total estaban garantizados.
El concurso tendrá muchos defectos, los concursantes serán una pandilla de jovenzuelos que venden a su familia por un par de minutos de gloria en televisión (salvo honrosas excepciones) pero no me podreis negar que algunas veces en momentos de crisis, saben sacar petroleo donde sólo había aceite (aunque sea petroleo que los pringue a todos... al fin y al cabo eso es lo que da juego ¿no?).
Vía | La Razón Noticias Relacionadas | ¿Huelga en la tele o Huelga de tele?