¿Se puede seguir sorprendiendo a la audiencia después de quince ediciones del mismo reality show? Anoche Telecinco demostró que sí, estrenando una nueva etapa de 'Gran Hermano' y dejando una gala con un claro objetivo: que el espectador volviera un año más a darle una oportunidad al programa. Esta es la principal razón por la que Mediaset ha decidido esperar un tiempo prudencial entre el final de la edición anterior y el comienzo de la presente, dejando que el tiempo profundizara en esa expectación que provocara la avalancha de seguidores.
No es nuevo eso de dejar reposar un producto para que se revitalice, algo que 'Gran Hermano' necesita si tenemos en cuenta que la edición pasada fue la menos vista de su historia. A esta decisión le siguió una campaña de promoción destinada a captar adeptos, por lo que la primera gala debía cumplir con las expectativas y dejarnos con la curiosidad suficiente para al menos estar ahí hasta la siguiente gala, algo que surtió su efecto cuando conocimos que la mismísima Mercedes Milá entraría en la casa para convivir con los concursantes.
Milá acaparó la noche
La presentadora lleva catorce años haciendo promoción de ese instante, ya que siempre ha afirmado que ella sería incapaz de entrar en la casa. Anoche incumplió su promesa (todo sea por la audiencia), dejando uno de los momentos televisivos de esta temporada y demostrando que su compromiso con el programa sigue intacto. En cierta manera, su entrada en la casa eclipsó al resto de concursantes, sobre todo si tenemos en cuenta la personalidad de la presentadora y su implicación con el reality en toda su historia.
'Gran Hermano' sigue siendo Mercedes Milá. La gala arrancó con la propia Mercedes liderando un lipdub en el que se dieron cita algunos de los exconcursantes de 'Gran Hermano', un buen arranque que demostró la energía que se había depositado para volver a sorprender a la audiencia. El resto de la gala se centró en la presentación de los concursantes, un variado grupo de perfiles acorde a lo que viene siendo habitual en el reality que puede dar juego de cara al futuro.
Como podíamos suponer, la gala se extendió hasta la madrugada, por lo que no faltaron los momentos de relleno ni la repetición de algunos de los vídeos que hicieran extender la noche todo lo posible, momentos que jugaron en contra de la agilidad que podría ofrecer realmente una gala de estas características si se exprimiera al máximo todo su potencial.
Destacaron algunas de las sorpresas con las que se descubrían la identidad de los concursantes, como la pareja de hermanas que fueron engañadas para acudir a la casa como limpiadoras, aunque a medida que transcurría la gala también nos dábamos cuenta de estar viendo más de lo mismo, un sentimiento con el que es difícil de romper tras quince ediciones de un mismo formato. Para terminar, una última sorpresa, la aparición de Florentino Fernández en el plató de 'Gran Hermano' y su insinuación de que tendrá algo que ver con la edición de este año.
No supimos más, ni siquiera Mercedes, ya en la casa, despidió la gala de manera oficial y no dedicaron tiempo a explicar la mecánica de este año (eso quedará ya para las sucesivas galas que se continuarán sin pudor en la parrilla de Telecinco). El estreno de 'Gran Hermano 15' obtuvo 2.438.000 espectadores y un 22,4% de share, dejando bajo mínimos a 'Tu cara me suena mini'. La maquinaria de 'Gran Hermano' está de nuevo en marcha. Solo queda esperar para ver cómo son los nuevos frutos que florecen y comprobar si tiene suficientes adeptos para aguantar el tirón un año más.
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