Durante muchos años, el sábado noche en la tele fue sinónimo de espectáculo en el sentido más puro de la palabra. Las grandes galas presentadas por TVE en las que la música, la magia o el humor se turnaban, o la emisión de aquellos monumentales concursos como 'El Gran Juego de la Oca', ofrecían al espectador una cita vibrante e ineludible.
Después, ojalá pudiéramos explicar con claridad todos los movimientos de las cadenas, la cuestión es que se produjo una tendencia generalizada a pensar que durante los fines de semana, muchas menos personas están en casa viendo la tele, por lo que no resultaba conveniente programar productos estrella.
Y todavía después, en una moda que se estableció en nuestra tele nacional, las cadenas apostaron por la actualidad política, a consecuencia de que la Sexta confirmara el éxito de estos espacios en una época en la que la actualidad nacional hervía más que cualquier serie de televisión con los giros más complejos y rocambolescos.
La sorpresa de Telecinco
En estas lides andaba Telecinco cuando alguien tuvo esta feliz idea: ¿por qué no programaban el nuevo talent en horario de sábado noche? Lo que para algunos era una apuesta más que arriesgada, para otros supuso una vuelta a esa normalidad de los años 90 en la que la televisión podía entenderse, en esa jornada en la que al día siguiente "no hay que madrugar", como un encuentro familiar.
Así, para la cadena de Mediaset, las dos emisiones de 'Got Talent' han supuesto tomar el liderato de los programas más vistos en el prime time (en un más que problemático fin de semana), frente al cine de Antena 3 y, con un 20,3% del share el pasado sábado, la adaptación del exitoso formato puede provocar nuevos movimientos y estrategias inesperadas.
Espectáculo y equilibrio
'Got Talent' se plantea como una moderna revisitación de esos programas de variedades que tan bien conocemos. Tenemos números variados, de hecho, cuanto más diferentes entre sí, mejor, que dan ritmo y frescura a un espacio que no sólo se nutre de las necesarias actuaciones musicales, referidas al cante y al baile.
Lo interesante del caso es que estas actuaciones no se suceden sin más, sino que hay un jurado que dará el visto o bueno o no a ese talento, poniendo en entredicho el éxito del número visto y añadiendo más emoción al mero hecho de ver a una persona interpretando una canción sobre un escenario.
La elección del jurado, de quienes han de ofrecer o no más oportunidades al participante, ha encontrado un curioso equilibrio entre profesionales tan diferentes como Jorge Javier Vázquez o Eva Hache que, finalmente, no pueden evitar sacar su lado más tierno cuando se enfrentan a según qué retos. La estrategia de 'Got Talent' está funcionando. Y vosotros, ¿le habéis dado una oportunidad?
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