Cuando pasan algo más de dos meses ya podemos sacar las primeras conclusiones de lo que nos está dejando la actual temporada televisiva en cuanto a ficción nacional se refiere. Para indagar en ello hay que tener muy presente el balance que se hizo del curso pasado, en el que, salvo 'Isabel', ninguna de las series de estreno consiguieron el mínimo de espectadores necesarios para tener continuación. Las preguntas quedaban en el aire. ¿Los espectadores le daban la espalda a las series españolas? ¿Podía nuestra ficción volver a romper los audímetros o se tenía que conformar con la audiencia mediocre que estaban alcanzando los estrenos?
Con estas cuestiones pesimistas nos hemos adentrado en una temporada donde las cadenas lo han vuelto a intentar. En las últimas semanas han sacado a relucir su nueva ficción de estreno, que una vez más se ha enfrentado a la valoración de los espectadores, los mismos entre los que parecía que se había extendido ese pensamiento que decía que las series españolas no ofrecían nada nuevo y que estaban cortadas por el mismo patrón en el proceso de creación. En este patrón hemos visto como en los últimos años se han repetido sin cesar los mismos elementos a la hora de realizar una ficción en España y, entre ellos, a tenor de los últimos datos de audiencia parece que comienza a desmontarse la necesidad de incluir a personajes de todas las edades para captar a todos los perfiles de público posibles con un producto audiovisual patrio.
Esta es una de las características que se ha dado en ficciones como 'Niños robados' o 'El tiempo entre costuras', que han barrido en audiencias con cada nueva emisión durante la actual temporada. Incluso está presente en 'Isabel', ficción que se estrenó el año pasado y que también logró un masivo seguimiento por parte del público, y en otras que también tuvieron su buena acogida aunque se fueron difuminando con el paso del tiempo ('Gran Reserva', 'Gran Hotel', 'Hispania'...). Se trata de series españolas que han dejado a un lado el tan manido costumbrismo español y que no cuentan en su reparto con personajes dedicados a que todo tipo de espectadores se sientan reflejados con sus tramas, un elemento que parece que va quedando obsoleto en la ficción de nuestros días.
Los éxitos en los que se han convertido estas ficciones pone sobre la mesa que la audiencia está dispuesta a seguir una ficción que se desligue de este requisito, que ha sido muy usado por muchas de las series que se han estrenado en los últimos años en nuestro país. ¿Se ha creado un precedente? Quizá es pronto para saberlo pero lo que es seguro es que a la hora de dar luz verde a sus próximos proyectos las cadenas han tomado buena nota de los millones de espectadores que han conseguido reunir las últimas ficciones estrenadas.
Niños ajenos a tramas familiares
Series como 'Niños robados', 'El tiempo entre costuras' o 'Isabel' tienen varias cosas en común, más allá del buen recibimiento que han tenido por parte de los espectadores. En ellas no hemos visto esos recurrentes desayunos familiares, esos tiras y aflojas amorosos entre adolescentes, las disputas entre abuelos o a niños lidiando con su día a día en la escuela mientras sus padres hacían lo propio en su trabajo. Aunque, para ser sinceros, 'Isabel' sí incluye la presencia de niños en sus tramas. Pero no podemos decir que sea muy infantil la escena en la que, por ejemplo, cierta niña se ve obligada a mantener relaciones sexuales con cierto rey por aquello de las estrategias de palacio que tan buenos ratos nos hacen pasar en 'Isabel'.
Vemos que hay maneras y maneras de incluir a personajes en una serie y el respaldo a las ficciones que están presentando algo que se sale de lo que ha estado tan presente en el pasado hace que las cadenas tengan más seguridad en confiar en nuevos proyectos que se salgan de esa línea. Así lo parece después de ver algunas de las series que se están preparando para los próximos meses, aunque otras, inevitablemente, sí sigan dando vueltas a la premisa familiar de incluir a todo tipo de personajes para aglutinar a todos los espectadores. Lo que ha quedado demostrado es que la audiencia (cuando hablo de audiencia quiero decir audiencia en masa, que es lo que van buscando las principales cadenas) es capaz de interesarse por ficciones aunque no tengan el perfil con el que sentirse reflejados, lo que desmonta el uso que en nuestras series se ha dado del ámbito familiar en la mayoría de los casos.
Este uso pasaba por crear una serie con dos adolescentes enamorados para que este perfil de espectador se sintiera reflejado con la historia, uno o dos abuelos para que los mayores de la familia se identificaran con sus problemas y varios cabezas de familia solucionando los problemas que cualquiera tendría en su casa. Con un mejor o peor resultado este recurso lo hemos visto en ficciones actuales como 'Vive Cantando', 'Cuéntame cómo pasó', 'Con el culo al aire' o algunas de las que tuvieron corto recorrido el año pasado ('Familia', 'El don de Alba'...). La lista era preocupadamente larga.
Un perfil predominante
Parece que también hay otras cosas, más allá del variado perfil de personajes, que son capaces de seducir a la audiencia, aunque las series que hemos puesto como ejemplo en este artículo tienen en común otro factor que juega en contra de toda esta novedad. Se trata de que 'Niños robados', 'El tiempo entre costuras' e 'Isabel' comparten tipo de perfil predominante, es decir, que todas tienen un corte femenino que destaca entre el resto de público. Esto no quiere decir que el resto de la audiencia no se decida a seguir estas ficciones, sino que aún queda por observar cómo funcionarían series que siguieran esta premisa pero que se atreviesen a abandonar el género femenino como principal sector al que dirigirse.
Aún así, no podemos evitar observar rayos de esperanza que nos dicen que las cosas están cambiando en los gustos de la mayoría de la audiencia, aunque haya pasado demasiado tiempo para que esto ocurriera. Incluso en lo ocurrido con 'Avatar' podemos ver que el público está dispuesto a acercarse en masa a productos que se salen de lo que es común en nuestra programación, pese a que estén emitidos por una cadena cuya programación habitual esté dirigida a un público concreto que haya dejado de lado con la emisión de esa película. Algo estará cambiando en los gustos de los espectadores cuando Telecinco ha decidido decantarse por la película más taquillera de la historia en dos prime time consecutivos de días laborables cualquiera, pese a mostrar su rechazo en el pasado por este tipo de estrategias.
Volviendo a nuestra ficción nacional, cada vez es más indiscutible que el éxito de las series en general y las españolas en particular no se encuentra en una única fórmula cerrada, sino que existen diversas vías a la hora de crear un producto que se puede llevar a cabo sin que por ello se obtenga el rechazo de los espectadores. Costumbrismo, amplio perfil de personajes o tramas para todos los gustos y de todos los colores parece que son elementos que ya no son de uso obligado como antes. Una puerta abierta para seguir confiando en un futuro lleno de posibilidades.
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