Pero al menos el conflicto con el mechero ha dado algo de vida al concurso, sobre todo cuando en un momento dado todos han buscado salvar su pretendido honor actuando como chivatos. Por no hablar de lo tonto que resulta compartir secretitos en un plató de televisión rodeados de micrófonos. Al final no había un mechero sino cuatro o cinco, de diferentes colores y con marcas publicitarias raras de verdad para una isla tropical. Nunca se ha demostrado que alguno se utilizara para hacer fuego o identificado al responsable, pero han funcionado a la perfección creando conflicto, algo más irónico si cabe teniendo en cuenta la yihad anti-tabaco que vivimos. Así que en honor a este mechero ya mítico que nos ha salvado del sopor, recordamos a la madre de todos los mecheros televisivos de España, el surrealista Sole, que te meto con el meshero.
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