Como supongo que nadie vio anoche el estreno del concurso basado en el polígrafo, El juego de tu vida, a pesar de que más de dos millones y medio de espectadores (un espectacular 29,5% de share para el, de momento, mejor estreno del año) no se lo perdieron, voy a describir sucintamente de qué va. En la línea de programas de testimonios como El diario de Patricia, El juego de tu vida acoge a personas anónimas dispuestas a revelar sus miserias en televisión. Las diferencia es que, en este caso, además de sus quince minutos de fama, la gente espera conseguir 100.000 euros.
Por otro lado, siguiendo la escuela de otros clásicos de la televisión como Lo que necesitas es amor, los espectadores pueden asistir, no sólo al relato de esas miserias, sino a su desarrollo en vivo, ya que se podría llegar a observar, sin mayor esfuerzo y con todos sus protagonistas presentes, cómo una persona destroza su matrimonio o su carrera o se enemista con toda su familia. Es por ello que El juego de tu vida, presentado por la itinerante Emma García, quizá se pueda definir simplemente así: morbo y más morbo.
Pero no seré yo quien cargue las tintas contra los aspectos éticos de este programa y otros similares. Al fin y al cabo, en ellos concursa gente, voluntariamente, que sabe a lo que se expone. No como en otros programas, donde el morbo se obtiene de personas en situaciones frecuentemente desesperadas y bajo la pretendida intención de informar. Sí, prefiero reservar mis críticas para este tipo de informativos y programas de pseudoactualidad.
Este tipo de espacios lo único que me hace plantearme es: ¿cómo es posible que haya gente que se preste a esto? Y, por otro lado, ¿seguro que todo eso es real?
El programa es malo por muchos motivos, pero no lo suficientemente malo como para llegar a ser un clásico del esperpento televisivo. Podría haber sido un programa tan malo que llegara a ser de culto, de esos que son tan cutres y horteras que rozan la parodia, de esos que tan bien suele hacer Antena 3. Uno de esos programas que nutren Sé lo que hicisteis... y que dan grandes momentos que se repiten zapping tan zapping. La historia reciente de la televisión nos ha dado ejemplos inolvidables de este tipo de productos, tales como Confianza ciega o La hora de la verdad. De ese modo, El juego de tu vida habría tenido más interés, sin duda, y habría sido más divertido.
En ¡Vaya Tele! | Vuelve el polígrafo, ahora en versión concurso