Telecinco le ha dado una vuelta más al proceso de selección de los Grandes Hermanos. Después de que en el sorteo de la temporada pasada les saliese el tiro por la culata, esta vez han decidido fiscalizar totalmente el proceso y se han inventado El chico de oro (sí, como la película de Eddie Murphy), el último concursante que accederá a la casa y que tendrá una función específica, y aún no desvelada, dentro del concurso. Veremos qué pasa si le expulsan a las primeras de cambio.
Para seleccionar a este Chico de Oro, los aspirantes no deben perder de vista la publicidad de Telecinco desde este 3 de septiembre porque en los cortes aparecerá Mercedes Milá con la foto de ex-concursantes de Gran Hermano. Hay que reconocer a los que fueron habitantes de la casa y listar los nombres, por orden de aparición en la publicidad. Al finalizar la primera gala, todos los que aporten el listado correcto pasarán un proceso de selección. El programa escogerá a veinticinco y de entre ellos saldrá El Chico de Oro.
Una estrategia pobre para asegurarse espectadores en la publicidad, forrarse a costa de los contratos con los anunciantes y erigirse en el estandarte de la originalidad televisiva, todo en uno. Pero también puede ser un arma de doble filo. El agotamiento del producto es manifiesto y el descenso de espectadores es acusado. Este tipo de planteamientos puede conducir al hastío del televidente indeciso y puede incidir en la pérdida de audiencia. De hecho, no les sirvió de nada el despliegue de medios en la selección de la compañera para el concursante soltero de La casa de tu vida.
A pesar de todo, vuelven a la carga con piruetas como la de El Chico de Oro que no hacen sino manifestar una desesperación absurda por captar la audiencia perdida. Quizá si empleasen tantos esfuerzos en realizar televisión de calidad tendrían menos quebraderos de cabeza.
Vía | Gran Hermano En ¡Vaya Tele! | Comienza el casting de Gran Hermano 9