Hace unas semanas hablábamos sobre el resultado de una encuesta que señalaba a Telecinco como una de las cadenas que más rechazo producía en los anunciantes a la hora de publicitar sus productos. Este hecho se situaba como otro de los aspectos que acentúan la mala imagen que parece ser que tiene la cadena desde hace ya bastante tiempo, constantemente criticada en redes sociales y blogs o incluso denostada por otras cadenas de televisión.
El rechazo que provoca Telecinco se ha agudizado desde la crisis de ‘La noria’, momento en el que los internautas presionaron a los anunciantes para que retiraran su publicidad del programa presentado por Jordi González. Los anunciantes volvieron, después de que la cadena se inventara ‘El gran debate’, un espacio con el que quisieron hacer un lavado de imagen que solo sirvió en parte. La visión que algunos espectadores tienen de la cadena no ha variado en la actualidad, una visión que se ha arrastrado desde hace varias temporadas y que a estas alturas solo podría cambiarse con una reestructuración a gran escala.
Pese a esto, Telecinco sigue siendo una de las cadenas más competitivas en cuanto a audiencias se refiere. En los últimos meses se ha mantenido en la lucha con La 1 por ser la cadena más vista del mes, algo que parece que va a conseguir en marzo después de que espacios importantes de la cadena pública no se estén emitiendo hoy en día. Así, aunque la mala imagen de la cadena está latente, sus directivos saben que cuentan con el seguimiento de los espectadores, muchos de ellos camuflados en la frase “Yo no veo eso”, que permite a más de uno salir del paso cuando alguien critica algún programa de la cadena. Y, llegados hasta aquí, nos tenemos que preguntar a qué se debe el rechazo que sufre el canal. Aquí van cinco razones que pueden explicarlo.
Abuso de los magacines
Una de las conclusiones que más nos sorprendieron de nuestros artículos especiales sobre los espacios que emiten las cadenas españolas fue comprobar la cantidad de minutos que Telecinco dedica a los magacines. Más de un tercio de la parrilla de Telecinco está rellenada con magacines, algo que no deja cabida para otros espacios, como el cine o el deporte.
Programas como ‘El programa de Ana Rosa’, ‘Sálvame’, ‘Qué tiempo tan feliz’ o ‘La noria’ se distribuyen por la programación de la cadena, dando la sensación al espectador de que está viendo el mismo programa una y otra vez. Es cierto que cada programa tiene un corte distinto y que algunos llegan a tratar temas que otros no lo hacen, pero todos ellos tienen la misma estructura, son el mismo tipo de formato y hacen que el espectador observe la falta de variedad que existe en la parrilla de Telecinco.
El corazón por encima de todo
Y si se repite el continente también lo hace el contenido. La mayoría de los magacines están rellenos con temas del corazón. Famosos y famosillos que visitan los programas como si fueran paradas de la misma línea de autobús, siendo entrevistados por las mismas personas y contando prácticamente lo mismo. El corazón late con fuerza en Telecinco, dando la sensación de que es una cadena en la que cualquier otro tipo de contenido está relegado a un segundo o tercer plano.
Si en algo hay que reconocerle el mérito a Telecinco es en esa capacidad que tiene de autoalimentarse. Si el objetivo de una cadena es solo conseguir audiencia, Telecinco lo hace a partir de una proceso en el que es capaz de crear a los personajes que después van a ser “explotados” en el resto de espacios, gracias a programas como ‘Gran Hermano’ o ‘Mujeres, hombres y viceversa’. Esto también ocurre en cierta manera con las tv movies que recientemente está emitiendo la cadena, que sirven para retroalimentar el resto de la programación.
Contraprogramación a la orden del día
¿Contraprogramación? ¡Si todas las cadenas lo hacen! Es cierto, pero en el país de la contraprogramación Telecinco es el rey o, al menos, así lo ha demostrado en las últimas semanas. Si no fuera así no habría una legión de seguidores de ‘La fuga’ que no pueden asegurar a qué hora comenzara el nuevo episodio de la serie o no habría una serie de espectadores despistados sobre la próxima gala de ‘Gran Hermano’. Telecinco trata a sus programas como mejor le convenga, sin dudar en retrasarlos, alargarlos, cambiarlos de día o suprimir su emisión de un día para otro.
En este descontrol los espacios que salen perdiendo son los productos de ficción. En los últimos meses las series que ha estrenado la cadena no han terminado de cuajar y yo sigo pensando que parte de culpa reside en la poca paciencia que ha demostrado tener Telecinco, que no ha dudado en cambiar los horarios una y otra vez, llevando a cabo una práctica en la que quien más sale perdiendo es el espectador.
Presentadores por partida doble (o triple)
En Telecinco si un presentador te cae mal lo puedes encontrar una y otra vez presentando varios programas diferentes. La falta de variedad en los presentadores que últimamente demuestra la cadena comienza a ser preocupante, ya que consigue que los espectadores asocien un tipo de programa al presentador que lo vaya a conducir. Algo así ocurre con el nuevo programa que prepara la cadena, ‘Hay una cosa que te qiero decir’, que de nuevo ha sido encargado a Jorge Javier Vázquez y que de antemano ya haya provocado el rechazo de muchos sin que ni siquiera haya sido emitido.
Sabemos que existe gran cantidad de profesionales, jóvenes y no tan jóvenes, con tablas y gancho para presentar cualquier programa que se les confíe. No solo hablo de Pilar Rubio, sino de todos aquellos que han sido alejados de las cámaras o quienes están esperando una oportunidad para demostrar su valía. Un poco de riesgo en este terreno no tiene por qué salir mal.
El morbo como arma de seducción
El morbo seduce, atrapa y engancha. Llegados a este punto tenemos que reconocerlo y vivir con ello. El problema surge cuando se traspasan los límites a conciencia con el único propósito de ganar espectadores o, como última opción, atacar al contrario. Hace unos días comentábamos la jugada que habían realizado en ‘Sálvame’ como consecuencia del inminente estreno de ‘El número uno’, una táctica que no hace más que poner en evidencia lo que son capaces de hacer para atacar al contrario.
Algo que también me parece idóneo destacar es la salida de tono de Mercedes Milá durante la promoción de la gala de ‘Gran Hermano’ del lunes, que no dudó en arremeter contra Antena 3 como estrategia para atraer a los espectadores, algo que además de inútil deja en evidencia lo nerviosos que pueden llegar a ponerse cuando alguien se atreve a hacerles la competencia.
Telecinco puede presumir de tener el control de la audiencia, pero no de tener una imagen sólida y atractiva, no solo de cara a los anunciantes sino a gran parte de los espectadores. Algunas tácticas, como la llegada de las retrasmisiones del Mundial de Motociclismo o la reestructuración del tiempo de algunos de sus espacios, como ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ pueden ayudar a mejorar la visión que se tiene, aunque la cadena necesita limpiar su casa a conciencia si realmente quiere disipar las continuas críticas que recibe diariamente.
En ¡Vaya tele! | La aborrecible táctica de Mediaset frente a ‘El número uno’