Dios me pille confesado cuando haya publicado esta entrega de Animales televisivos, y lo digo porque si hay un personaje especialmente difícil de abordar en el animalario de nuestro país, ese es sin duda María Teresa Campos, alias ‘la Campos’. No sólo causa controversia entre las personas que miran la tele y seguramente entre todos vosotros, sino que en mí mismo la produce, y es que no tengo demasiado definida una postura ante esta buena mujer, por lo que confío en que este post y vuestras aportaciones me ayuden a aclararme conmigo mismo.
Por todas esas discusiones que en mi vida habré escuchado sobre la Campos y lógicamente por su larga trayectoria ante las cámaras, María Teresa Campos se merece una de nuestras reseñas sobre los animales televisivos de nuestro país.
Lo primero que recuerdo de María Teresa Campos en la tele (que antes y a imagen y semejanza de tantos otros se curtió en la radio) es aparecer de la mano de Jesús Hermida entre otras tantas chicas ídem, aunque por lo que dicen en la Wikipedia antes ya fue colaboradora de García Tola en ‘Esta noche’, espacio que recuerdo más bien por su presentadora Carmen Maura, y también presentó ‘La tarde’, un magazine que casi tuvo más presentadores que ediciones a lo largo de cuatro temporadas convulsas, así que tampoco es de extrañar que me pasase desapercibida su presencia entre tanto trasiego de personal que a uno le evoca el camarote de los Hermanos Marx, pero en programa de televisión.
Y con Hermida y dentro del novedoso horario matinal de TVE, a la Campos la vimos haciendo un poco de todo, especialmente un debate a cara o cruz con Patricia Ballestero en ‘Por la mañana’, que se ve que era una época en la que triunfaban los títulos barriosesamísticos para los magazines de televisión. Tras un par de ires y venires, la Campos heredó el espacio de Hermida y al cabo de un tiempo le cambió el nombre por ‘Esta es mi casa’, toda una declaración de intenciones por parte de la periodista que supongo que en un primer momento quizá se llamó “Esta es mi casa y en ella hago lo que me da la gana”. Y es que si algo tiene la Campos es que sabe dar un manotazo en la mesa cuando le interesa y hacerse respetar o por las buenas o como sea, que lo que ella dice va a misa.
Luego el espacio cambió para ser ‘Pasa la vida’ y la Campos se consagró como estrella mediática de las mañanas de la tele pública durante la primera mitad de la década de los 90, y desde TVE aprovecharon su tirón para hacerla salir hasta en la Carta de Ajuste, que ya se sabe que cuando tienes a una estrella lo mejor es sacarle el pringue hasta que sature a la población.
Pero a la Campos le quedaba todavía cuerda para rato, y con la segunda mitad de los años 90 llegó su marcha hacia las privadas. Y ahí sí que comenzó lo bueno. Telecinco le dio un pastón por ‘Día a día’, un magazine de mañana que incluía contenidos netamente periodísticos como aquella mesa de debate que ahora vemos reciclada y desvirtuada cuando gira ‘La Noria’ de Jordi González, y los alternaba con eso que Julia Otero llamaría “ponerse petarda” en una entrevista que le hizo para TV3 (pido perdón por el marciano contenedor de este corte de vídeo):
Y es que esa dualidad de la que hablaba la Otero es la que me pierde un poco a mí también, y eso que me reconozco una vena más que petarda y hasta marujona. Entonces, ¿qué? ¿Es la Campos una periodista de raza, se trata de la petarda telemaruja nacional o lo cortés no quita lo valiente?
Hagan apuestas, que mientras tanto, y allá por 2004 y en mitad del éxito arrollador de ‘Día a día’, María Teresa Campos protagonizó su segundo transfuguismo sangrante: se fue a Antena 3, primero con ‘Cada día’ (y que viva la originalidad titulando) y luego, ‘‘Lo que inTeresa’, desde donde llamó gilipollas, tal y como suena, a su ex jefe Paolo Vasile, haciendo realidad el sueño de cualquier hijo de vecino que confía su futuro laboral a la lotería.
Pero esas no son las únicas veces que hemos visto a la Campos enfrentarse a los demás. Si en el pasado fue chica Hermida, luego entre Hermida y ella montaron un culebrón de dimes y diretes de lo más agrio que por lo visto comenzó con una inocentada televisiva pero que acabó un poco como el rosario de la aurora, o eso cuentan. Y para el recuerdo queda también su eterno enfrentamiento (o no) con su adversaria catódica, Ana Rosa Quintana, que al final quedó en nada. Y al final uno saca la conclusión de que María Teresa Campos ni se pelea ni se deja de pelear, sino todo lo contrario, que en definitiva todo lo salda con una extraña sonrisa que nunca sabremos lo que oculta.
Y como no hay dos sin tres, a la Campos se le pasaron las ganas de estar en Antena 3 y en 2007, después de un descanso personal, se volvió a Telecinco, donde presentó ‘La mirada crítica’ y recientemente los especiales ‘Qué tiempo tan feliz’, ya que la periodista está ligada a la cadena al menos hasta este año, que luego se le acaba ya el contrato y a saber lo que hará después.
Y a eso me refería yo con lo de la sonrisa que todo lo arregla, porque yo no me imagino llamando gilipollas a mi jefe a grito pelao desde la competencia y luego volviendo en plan “hey, que era como de bromita, ¿eh?”. No sé, son rasgos curiosos que me llaman la atención de este ser, un ser que sin embargo suele gozar del beneplácito generalizado, y es que a María Teresa Campos no se le puede negar su capacidad comunicativa, así sea en la radio como en la televisión. Animal polifacético, independientemente de los gustos de cada cual, la Campos es mucha Campos, ¿no os parece?
Ficha en Imdb | María Teresa Campos
En ¡Vaya Tele! | Animales televisivos