'Z Nation' ha cerrado su tercera temporada. La serie de zombies más irreverente de la historia se nos ha hecho mayor. Ha ido completando estapas de un camino que nos ha llevado por muchos lares. Y aún tiene bastante que contar, la serie aún nos espera con su cuarta temporada.
Esta tercera entrega que despedimos hace unas semanas ha sido un punto de inflexión en sí misma. La serie ha cambiado, seguramente porque lo necesitaba. Hemos pasado de las irreverentes locuras procedimentales de cada capítulo a una trama que se ha alargado en el tiempo. La pregunta es, ¿le ha sentado bien?
La amenaza se vuelve real
'Z Nation' parte de una premisa que comparten muchas historias de roadmovies. Un grupo de personas, muy diferentes, se ven obligadas a viajar juntas para conseguir un fin común. Un fin que no es pequeño: salvar a la humanidad. Así, con ese objetivo en mente: viajamos hasta X y hacemos lo que sea por llegar hasta allí; nos podemos permitir todo tipo de disparates.
Un viaje que se alarga, que serpentea, del que colean problemas pero un viaje que, al final, para que todo tenga sentido, debe concluir. Así fue el final de la segunda temporada. Murphy parecía felizmente entregado a aquellos que debían fabricar la vacuna que salvara al mundo.
Después de dos temporadas de diversión a raudales, en las que los personajes cogían su coche y salían pitando sin tener que hacer frente a la situación que habían creado, es hora de jugar con ese universo que hemos diseñado. Ya no hay más amenazas de ésas de "puede pasar esto". Efectivamente, ha pasado y ahora tenemos que lidiar con el poderoso Murphy, con los mestizos, con Zona, con Lucy...
Murphy está ya creando ese mundo nuevo. Se ha convertido en el rey y actúa sin complejos. ¿Qué hacen el resto de héroes?
La panda se disgrega
Para abarcar la historia, los guionistas, o los productores, o no sé a quien se le habrá ocurrido, han decidido separar a la banda y mandarlos a diferentes misiones. De una forma abrupta. La consecuencia es que hemos tenido capítulos protagonizados sólo por un o dos personajes. De hecho, casi todos los capítulos han sido así. Nos centrábamos en una peripecia y los demás se perdían.
Personalmente, tengo que decir que esto no me ha gustado nada. No el recurso, que es de lo más normal del mundo, sino cómo se ha ejecutado. 'Z Nation' siempre me ha encantado porque tenía el disparate en las venas. Al focalizar tanto en un personaje, se necesitaba darle más profundidad, ponernos serios, construir más hacia adentro. De verdad creo que el tono de la serie, tan de dibujo animado, choca con ello.
Espero que me digáis que pensáis vosotros pero yo he echado de menos la 'Z Nation' de las dos primeras temporadas. Ha habido capítulos que me han aburrido mucho. Y no uno ni dos. Ese protagonismo único nos ha dejado escenas muy largas y monólogos planos. Especialmente terrible me resultaban las tramas en las que Murphy ha dejado de ser ese villano patético y asustado tan entrañable para convertirse en un dios demasiado consciente de sí mismo. Sus conversaciones con sus acólitos o con el pobre de 10.000 al que nos lo han machacado tanto en esta temporada, me parecía que no avanzaban.
Lucy
Es imposible dejar de hablar de uno de los hallazgos para la cultura zombie. ¿Qué pasa si cruzamos a una humana con un hombre al que se le ha inyectado una vacuna zombie? Que nace Lucy. La pitufina inocente y pura a la que le gusta jugar con los zombies, que ve en ellos a sus amigos y no quiere que éstos sufran.
Recuperar a Lucy ha sido una de las últimas partes de la temporada. Todos la querían de su lado aunque, por lo visto, no han tenido tiempo de explicarnos para qué. Sólo sabemos que para protegerla/utilizarla. Con todo, Lucy ha sido un soplo de aire fresco con divertidas sorpresas, como su crecimiento precoz cada vez que sufre ansiedad.
En ¡Vaya Tele! | 'Z Nation', un receso para (esperemos) dar el salto más grande
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