Niégales algo y lo ansiarán con todas sus fuerzas; entrégaselo y lo despreciarán de inmediato. Este principio, que se podría aplicar a cualquier aspecto de nuestra vida diaria, es el que está primando en los días posteriores al final de 'Cómo conocí a vuestra madre'; y lo veía venir. Ya comenté hace unos días que el final de la temporada iba a traer cola, y no me equivocaba. El sentir general ha dado un giro de 180º, y el motivo de la supuesta decadencia de la serie sigue siéndolo aun habiendo desaparecido. Ver para creer.
Criticar porque sí, porque la serie lleva ya ocho temporadas en antena y a mí me apetecía haber conocido a la madre en el episodio tres y que la cancelaran en la tercera temporada. Y como no lo han hecho, me enfado y no respiro. Lo que viene siendo el final de 'Perdidos', que se veía a la legua que no iba a satisfacer a todo el mundo, pero a pequeña escala. Con la llegada de los blogs y el bendito internet que nos permite seguir cualquier serie a nuestro ritmo llegó también el maldito "sobreanálisis", ése que no nos deja disfrutar una serie porque se convierte en una obligación. Y es ahí cuando hay que plantearse bajar la velocidad.
¿Un jardín del que costará salir?
Lo que quiero plantear es que se ha vuelto muy "cool" decir que no era necesario conocer a la madre de los hijos de Ted Mosby, y que incluso le va a pesar a la serie. Cierto, es un macguffin como una catedral, pero es el que nos ha llevado de la mano durante todos estos años. ¿Qué tiene de malo conocer una cara? ¿En qué se diferencia eso de ver un paraguas amarillo, un tobillo o una guitarra? ¿Los personajes dejan de ser quienes son por cinco segundos con la cara de la actriz en pantalla?
...tendrá complicado estar a la altura de nuestras expectativas en lo que respecta a la personalidad de este nuevo personaje y la química entre los actores, unas expectativas que, por lo que a mí respecta, únicamente consistían en no necesitar saber o, mejor dicho, en no tener interés alguno, confiando en que este momento final quedara reservado al último momento...
En esta entrada , Chica de la tele habla sobre la "resolución de un misterio". ¿Cuál? ¿La cara de la susodicha? ¡Pues vaya misterio! No sé dónde está la intriga; ha sido Cristin Milioti como podía haber sido cualquiera de las otras dos candidatas del casting final. Nos lo decía el propio Josh Radnor hace unos meses: "¿A quién le importa? Va a ser una chica, una chica estupenda, no va a ser ningún misterio". Si la elección de una actriz para interpretar un personaje es el misterio de la serie, apaga y vámonos.
Si me lo preguntáis a mí, el misterio siempre ha sido averiguar si Robin sería finalmente la madre, algo que vetaron ya desde el primer episodio y a lo que, por si no quedaba claro, fueron poniendo más y más trabas con el paso de las temporadas. Sabiendo ya desde hace mucho que la susodicha era una auténtica desconocida que toca la guitarra, ¿en qué cambia la historia haberle visto la cara? No me lo explico.
¿La sensación de haber desperdiciado tantas horas?
...ha perdido su brillo, su humor, su romanticismo y sus protagonistas: en definitiva, su esencia. Un desastre, vamos. Así que, antes de aplazar la respuesta y hacerles a los lectores un Cómo conocí a vuestra madre, ya se puede contestar: no, a estar alturas ya carece de sentido saber quién es la pareja de Ted [...] Y aun así muchos la seguirán. A lo mejor negándolo. A lo mejor para no tener la sensación de haber desperdiciado tantas horas...
La crítica de Quinta Temporada, además de subrayar la sensación extendida de que no era necesario conocer a la madre, es el ejemplo perfecto de ese sobreanálisis que nos lleva a la obligatoriedad de seguir viendo una serie; y ojo, que no la critico, yo mismo la he experimentado y he sido víctima de ella. Pero es curioso ver cómo no da cuartel ninguno al argumento de la serie, estableciendo de forma absolutista que cualquier que vea o haya visto la serie se encuentra hastiado.
Aquí el que escribe debe ser la única excepción a la regla. Son los veinte minutos más relajados que paso frente a la televisión, donde simplemente me siento a que me cuenten qué tal les va a estos cinco (ahora seis). Sin crear teorías locas ni pararme a criticar que Barney ya no es lo que era. Pues claro que no lo es, han pasado ocho años, ¿sabes?
¿Una chica del montón?
...no le importa cambiar a Robin por una chica del montón. Seguro que la chica no está mal, pero cuando creas un hype de casi una década de duración, cualquier cosa por debajo de una modelo de Victoria Secrets con un doctorado en Física cuántica se antoja decepcionante.
Una más y paro. Uno de los argumentos más vomitivos que he encontrado por la red es que la madre es "fea". Así, con todas sus letras: F, E, A. El colmo. Y aunque estoy seguro de que no era la intención de Sara en su entrada de En tu serie o en la mía, sí me sirve para destacar cómo cualquier argumento, por absurdo que sea, es utilizado alegremente para desollar a 'Cómo conocí a vuestra madre'.
La "madre" no es el centro de la serie
Estoy de acuerdo en que la madre no es el centro de la serie, pero no es un elemento que me moleste lo más mínimo. No me hubiera importado que 'Cómo conocí a vuestra madre' acabara aquí (aunque hubiera sido un final demasiado abierto y algo falto de chispa), pero estoy entusiasmado por tener veintitantos episodios más con los que seguir viendo a estos cinco seis. La octava temporada de 'Cómo conocí a vuestra madre', sin sobresalir por ninguna parte, ha sido más que notable y prolífica en desarrollo de personajes y referencias a sí misma (con el regreso de Robin Sparkles o el "Where's the poop?" de Lily), buscando la sonrisa más que la carcajada y salpicándolo todo con un poquito de drama. Disfruto y disfrutaré esta serie como pocas. In my opinion, que diría Diane Lockhart; la verdad absoluta, por el momento, no la tengo.
En ¡Vaya Tele! | 'Cómo conocí a vuestra madre' cierra con grandes sorpresas otra temporada decepcionante
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