‘Weeds’ ha metido la quinta marcha y ha girado un poco más para convertirse en un formato de serie sustancialmente distinto. Al principio teníamos una producción totalmente centrada en el cultivo y tráfico de marihuana como método para llegar a fin de mes de una familia de clase media americana, y lo que ocurría mientras tanto era lo que le daba vidilla a la serie. Que los Botwin dejaran Agrestic al final de la tercera temporada fue un cambio bastante radical y necesario, pero eso no se tradujo en una mejoría. Poco a poco ‘Weeds‘ se iba diluyendo y cada vez se estancaba más en un lugar que poco o nada tenía ya que ofrecer.
Dos temporadas duró la aventura mejicana de nuestra familia de traficantes favorita (que me perdonen los White), pero el cambio de aires resultaba necesario tanto para ellos como para nosotros. Jenji Kohan, la creadora de la serie, también lo sabía, y decidió optar por un cambio a lo grande, convirtiendo a ‘Weeds’ en un road-trip con escenarios cambiantes, tramas menos trascendentales y secundarios mucho más potentes. Y aun así, seguimos gritando aquello de: “¡Viva los Botwin Newman!”
¿Quién mató a Pilar Zuazo?
Shane, en la piscina, con un bate. Todos lo sabemos, pero el afán de Nancy por proteger a los suyos terminó con toda la familia montada en un coche camino a Canadá. Atrás quedaba Esteban y todo su séquito, que por otro lado no cejarían en su empeño de encontrar y recuperar al pequeño Stevie. Todos los Botwin se buscaron una nueva identidad y fueron picando de un sitio a otro sin encontrar un hogar fijo en el que establecerse; al fin y al cabo eran fugitivos, y lo seguirían siendo el resto de la temporada.
Y mientras Nathalie (Nancy) limpiaba habitaciones de hotel y Paul (Andy) se peleaba con un chef subidito de moral, el tráfico de drogas tenía que aparecer por algún sitio. Linda Hamilton entró en la serie con vistas a convertirse en la nueva Heylia, suministrando el producto a Nancy para que ella pudiera fabricar hachís, pero la actriz salió de allí igual que entró, por la puerta de atrás y sin sentar ningún tipo de precedente. Su fichaje fue anunciado a bombo y platillo, pero lo cierto es que se han aprovechado muy poco de ella. Una lástima.
Llegaría entonces uno de los momentos cumbre de la temporada, cuando César encontró a la familia apostada en Seattle y con la firme intención de llevarse consigo a Stevie. El momento en que Nancy se ve sobrepasada por la situación, agobiada por la cantidad de cosas que pasan a la vez (el secuestro de Shane, la llegada de los servicios sociales, la discusión con la limpiadora…), es ya uno de los momentos históricos y de mayor tensión de la historia de la serie, y su papel de “mujer coraje” reuniendo de nuevo a la familia para volver a huír es sencillamente brillante; con razón es uno de los mejores personajes de la década.
El segundo momento cumbre se produce al final, evidentemente, con el cliffhanger de turno que esta vez suena más a final de serie que a final de temporada. Que Nancy se dejara atrapar por la policía para salvar a su familia es algo que no pensábamos ver hasta el final de la serie, y probablemente ese era el pensamiento de los guionistas cuando grabaron este último capítulo. Recordemos que la renovación de ‘Weeds’ no llegó hasta bien entrada la temporada, por lo que es bastante posible que este final estuviera pensado como último capítulo definitivo. Finalmente no ha sido así, y yo no hago más que preguntarme como c#$&! van a continuar la serie en estos términos.
De Méjico a Copenhague
Los secundarios han sido la clave de la temporada. Tras la marcha de Elizabeth Perkins, el panorama no pintaba nada bien; Celia era mi personaje favorito, y muchos de los grandes momentos de las dos últimas y flojitas temporadas fueron suyos, por lo que yo personalmente la he echado bastante de menos. Pero con los Newman y la ayuda externa de Doug, han conseguido crear hilarantes tramas secundarias y autoconclusivas que han sido la verdadera chicha de estos trece episodios.
Si tuviera que destacar a alguien, descataría a Andy muy por encima de todos. Siempre ha sido un personaje divertidísimo muy poco reconocido, pero lo de esta temporada ha sido de traca. Pasó de chef de cocina a sacerdote para finalmente convertirse en asesino a sueldo, a la vez que guiaba a toda su familia de camino a Copenhague, donde iban a empezar una nueva vida. Nunca encontrar unos pasaportes falsos resultó tan divertido.
Por su parte, Silas se ha convertido definitivamente en la víctima de las decisiones de su madre. Desde el principio de la temporada ya tuvo intención de dejarlo todo y abandonar al grupo, situaciones que se repetirían tras conocer al grupito de universitarios en Seattle y al final de la temporada tras descubrir a su verdadero padre. Empieza a cansar su papel de adolescente atormentado, pero no deja de ser una pieza clave que debe seguir ahí para mantener la cohesión entre todos los personajes y la trama.
Incorporaciones como la de Linda Hamilton, Richard Dreyfuss (el antiguo profesor enamorado de Nancy) o Mark-Paul Gosselaar, el nuevo interés sexual de Nancy con escena subidita de tono incluída, han sido la guinda definitiva a una temporada a la que se le puede reprochar muy poco.
¿Qué rumbo seguirá ‘Weeds’ en su séptima temporada?
Es bastante difícil responder a esta pregunta, porque las cosas han quedado muy descolocadas. Para empezar, toda la familia a excepción de Nancy está en el avión camino a Copenhague; por otro lado, Nancy ha confesado el asesinato a Pilar Zuazo, por lo que va a ser arrestada por la policía… y todo estaréis conmigo en que, desde la cárcel, Nancy Botwin no puede ser Nancy Botwin en todo su esplendor. Es por eso que me planteo que este final de temporada estaba creado como final de serie, sin tiempo para dar marcha atrás tras la renovación.
De los recurrentes, en suelo americano sólo ha quedado Doug, apalancado en Agrestic y totalmente ignorado en la season finale, por lo que a priori no podemos contar con él. Sea como sea, no podemos olvidarnos de Dean Hodes, que esta temporada sólo ha tenido un pequeñísimo papel en forma de reflexión a cámara, pero su profesión de abogado puede tornarse definitivo a la hora de sacar a Nancy de la cárcel.
Lo que sí está claro es que hay que volver a reunir a todo el mundo; la serie no se puede desarrollar sólo con Nancy, y menos en la situación en la que la hemos dejado. ¿Pero cómo conseguirlo? Eso ya es más difícil de pensar. Sea como sea, centrándonos en la sexta temporada, no podemos negar que ha recuperado el interés que había perdido hace dos temporadas, cuando los Botwin dejaron Agrestic.
La aventura mejicana no ha conquistado a nadie, pero esta carrera a la desesperada huyendo de Esteban y sus secuaces ha devuelto a ‘Weeds’ aquello que nos enamoró cuando comenzó. La serie no ha vuelto a sus orígenes, eso a estas alturas es totalmente imposible, pero a pesar de la cantidad de personajes que hemos dejado atrás, este año ha recuperado sus señas de identidad. Para la séptima (¿y última?) todavía quedan unos meses. Hasta entonces, tenemos tiempo de sobra para teorizar sobre su regreso. Y que quede claro, ¡Viva los Botwin!
En ¡Vaya Tele! | ‘Weeds’ sigue girando un poco más