¿Qué extraña combinación de factores hace que la propia cadena encargue un proyecto para desdecirse antes ni siquiera de emitir un primer episodio? ¿Tan distinta era la serie en realidad de lo que les habían vendido? ¿Había sido una decisión de algún nivel inferior que, cuando ha llegado a oídos de "la mandamás", ha decidido contrariar? ¿Tendrá algo que ver el contenido político de la serie con esta decisión?
No lo sé. De todas formas, resulta cuando menos raro. Con la cantidad de millones y esfuerzos que dedican las cadenas a lanzar productos que luego no tienen ni atisbo de éxito (vamos, que son rotundos fracasos), qué menos que haber dejado a la serie estrellarse por sí misma, si es que se tenía que estrellar. Como si los directivos de la televisión tuviesen alguna idea de lo que va a salir bien o va a salir mal...
Vía | Pizquita