¿Viva qué? Seguro que muchos lo preguntáis, y con razón. Este híbrido de musical y policíaco, remake de la serie británica Blackpool, que empezó a dar a conocer al actual Doctor Who, David Tennant, ha durado en la CBS dos episodios, en los que la crítica la ha masacrado sin piedad, su debut en jueves dilapidó la audiencia que heredó de CSI hasta quedarse en unos tristes 8,8 millones de espectadores y, en su horario definitivo de los domingos, la situación tampoco mejoró. Resultado, en sólo una semana, Viva Laughlin se ha hecho con el dudoso honor de ser la primera baja en una temporada televisiva en la que, por otro lado, ningún estreno despunta como un gran éxito.
Sí, Private practice ha remontado el vuelo tras un estreno bastante tibio y Gossip Girl, por lo menos, es una de las series que más da que hablar, pero poco más. Las cadenas estaban mostrándose hasta ahora sorprendentemente conservadoras y pacientes con todos sus estrenos (a lo mejor la amenaza de huelga de los guionistas también ha influido), y no deja de sorprender la rapidez con la que CBS ha dado carpetazo a esta serie, sobre todo porque tener a Hugh Jackman como productor ejecutivo podía ser una buena maniobra promocional. Sin embargo, como bien apuntan en TV Squad, ni siquiera Cavemen y Big shots , en la ABC, han sido recibidas con una negatividad tan abrumadora.
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