Lo que ha llovido desde 1981, fecha de nacimiento de Verano Azul, y a pesar del paso del tiempo la serie sigue fresca en la memoria de varias generaciones gracias a un estreno arrollador y al récord de reposiciones que vinieron después. Con esta ficción, Antonio Mercero y Televisión Española supieron dar en el clavo y, a pesar de que con el tiempo la serie no ha envejecido demasiado bien, en su momento sacudió los cimientos más sólidos de una sociedad que salía de un período muy oscuro y llevaron a la televisión nacional una historia que narraba la perdida de la inocencia y el paso a la madurez de un grupo de niños, proceso adornado con tramas paralelas que expusieron ante el público asuntos que nunca se habían tratado antes.
Cómo olvidar la bofetada que le dio a Javi su padre, la menstruación de Bea, el beso entre Pancho y Bea, las surrealistas mariposas negras de Julia, el “chupa del Carrasco, Frasco”, el hit de “La Dorada” (adaptación de una canción de Joan Baez), y, cómo no, la muerte de Chanquete y el final del verano. Diecinueve episodios en una temporada única (se emitió los domingos a las cuatro de la tarde, un horario marcadamente familiar), que hablaron de ecología, sexualidad, la importancia de la amistad, la frustración, el divorcio o el miedo a la muerte. Las canciones de El Dúo Dinámico consiguieron ensalzar el dramatismo necesario. Lágrimas a porrillo en una especie de catarsis nacional aquel 14 de febrero de 1982. Pero empecemos por el principio con, cómo no, la pegadiza canción de los créditos iniciales.
No me voy a detener en la historia en sí de la serie y tampoco voy a enumerar los personajes porque no creo que sea necesario. Sí quiero mencionar que el reparto de la serie se compuso de rostros de niños entonces desconocidos y de adultos que, la mayoría, tenían una carrera en cine y teatro. Además de Antonio Ferrandis, en el reparto estaban Pepe Ruiz, Concha Cuetos, Carlos Larrañaga, Fernando Sánchez Polak o Helga Liné, por mencionar a algunos. Una estrategia que se aseguró el tirón inicial entre la audiencia adulta.
No obstante, me parece mucho más interesante analizar el después. Como decía, la serie fue un fenómeno nacional llegando a acumular veinte millones de espectadores. Los actores principales se vieron envueltos en una vorágine de popularidad desconocida entonces para la mayoría, con la salvedad quizá de Antonio Ferrandis, que ya tenía una buena carrera hecha. Al resto no les quedó más remedio que asumir sus roles mucho más allá de lo que cualquier actor ahora estaría dispuesto a hacer. Las consecuencias no se hicieron esperar. Mirad qué caras.
Tito (Miguel Joven), y Piraña (Miguel Ángel Valero): De amigos a cantantes.
Este par cautivó al sector infantil de la audiencia y sus gamberradas hacían gracia al sector adulto. Miguel Joven no hizo demasiada carrera como actor después de las serie (trabaja de recepcionista de hotel en Nerja, su pueblo), y Miguel Ángel Valero tuvo la suerte de poder pasar a la historia por su aparición el La bola de cristal, con sección propia. Ahora es profesor universitario. En aquella época formaron un dúo musical difícil de olvidar.
Javi (Juanjo Artero), y Pancho (José Luis Fernández): De rivales a cantantes (también).
Son los responsables de dividir al sector adolescente femenino. Juanjo Artero es el único de los jóvenes de la serie que ha seguido trabajando como actor y ha combinado sus papeles en televisión con el teatro. A José Luis Fernández no le fue demasiado bien en general y su vida fue objeto de portada en las revistas de cotilleos bastante tiempo después. No obstante, en aquellos benditos Ochenta y para aprovechar el filón de su tirón adolescente, también tuvieron su grupo (si le dais al play es responsabilidad vuestra).
Desi y Bea (Cristina y Pilar Torres): Amigas en la ficción, hermanas en la realidad.
Qué duro porque en la serie una era la guapa y la otra la inteligente (por decirlo con un eufemismo). En la actualidad las dos son enfermeras pero sus personajes encarnaban el antagonismo femenino, el éxito y el fracaso (Desi era hija de padres separados en una época en la que el divorcio reconocido era prácticamente inexistente). Dice la leyenda urbana que a Bea la dejó preñada a los quince años un cámara de la serie, cómo son las malas lenguas.
Quique (Gerardo Garrido): el eterno secundario (o segundón).
Licenciado en biología y fotógrafo de profesión. Su papel en la serie nunca estuvo demasiado claro, era soso a más no poder, pero su cara nos era familiar porque protagonizó distintos anuncios antes de Verano Azul.
Chanquete y Julia (Antonio Ferrandis y María Garralón): Los adultos “guays”.
Sobran las palabras para comentar la carrera profesional de ambos porque tuvieron la suerte de poder recuperarse de toda aquella fiebre. Yo soy de las que, diez años después de Verano Azul, al ver Farmacia de Guardia exclamé: “¡Es Julia!”. Qué cruel es la popularidad porque, pase el tiempo que pase, María Garralón siempre me recordará a aquella atormentada pintora. Y el pobre Antonio Ferrandis, con todo lo que él había sido antes de la serie, después de la muerte de Chanquete tuvo que soportar aquello de “Chanquete ha muerto” hasta el agotamiento. No se libró de participar de la explotación del producto. Una imagen vale más que mil palabras.
Localizaciones: Nerja.
Verano Azul convirtió en popular el pueblo de Nerja y, aún hoy, en cierta manera se vive del boom que supuso la serie en su momento. Las playas, las calles, los locales…, en todos los rincones pasaba algo digno de mención y el pueblo se convirtió en un plató lleno de hitos buscados por los fans. Mis momentos favoritos, además de los del bar de Frasco, eran los de la playa, con los padres tirados al sol comentando la jugada, despreocupándose de los hijos y ejemplificando la nueva libertad que se le venía encima a España. Pero en cualquier sitio saltaba la liebre, el discurso moderno siempre salía ganando por encima del de la tradición más casposa en un lenguaje totalmente comprensible tanto para niños como para adultos. Aquello de “a lo mejor” fue muy repetido. En este vídeo, además, podéis ver a Pepe Ruiz (Avelino en Escenas de matrimonio), que ya hacía de machista por aquel entonces.
Aviso a navegantes, nunca mejor dicho: “La Dorada” jamás existió en Nerja, fue una maqueta que hicieron en los estudios de Televisión Española y que, cuando acabó el rodaje, se desmontó y se destruyó; el cementerio donde enterraron a Chanquete era de otro pueblo; y Nerja no tiene puerto. Estos pequeños detalles no han impedido que en Nerja haya un parque dedicado a la serie y que se repitan los homenajes a Verano Azul cada cierto tiempo, coincidiendo con la efeméride del estreno de la serie.
Adaptación actual: Verano Azul en 2009.
Desde hace unos meses se viene hablando de la adaptación, remake o serie basada en Verano Azul que está preparando Televisión Española. Hemos podido leer de todo, incluso que no es un remake. Otros colocan a Juanjo Artero en el reparto como padre que va con sus hijos al pueblo a rememorar su veraneo. Se dice que la serie se rodará en Alicante, no en Nerja, y que un hijo de Antonio Mercero está en la producción. He intentado que desde la productora, Ida y Vuelta, nos aclarasen de qué va a ir el asunto pero no ha habido suerte así que, por ahora, sólo sé que no sé nada. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla el proyecto porque son demasiados rumores sin confirmar.
El final del verano.
Lo cierto es que Verano Azul fue una revolución, tanto en lo que se refiere a la producción propiamente dicha como a los guiones. La serie fue un impacto que llegó en el momento justo, en una época de cambio social muy importante, y supo recoger toda aquella convulsión y transmitirla a través de la mirada de unos niños que se asombraban de cada cambio. Esta entrada no podía terminar de otra manera. Lloremos todos, como está mandado.
Más información | Primer episodio íntegro de Verano Azul en la web de Televisión Española
En ¡Vaya Tele! | Habrá remake de Verano Azul
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