Si hay una serie este año que está pasando totalmente desapercibida sin merecerlo, ésa es 'Vegas'. Los prejuicios con ella han sido los de siempre, que se trata de un procedimental de la CBS y que, por ello, no tiene interés alguno. La senda iniciada por 'The Good Wife' hace ya cuatro años nos debería haber demostrado ya que no hay que despreciar de primeras este tipo de series, y aunque comparar 'Vegas' con la serie de Alicia Florrick sería un sacrilegio, sí es cierto que ambas tienen muchas cosas en común.
Para quienes aún no la conozcan, 'Vegas' se traslada a Las Vegas en 1960, en plena efervescencia del negocio del juego y el espectáculo. Vincent Savino (Michael Chiklis), miembro de la mafia de Chicago, dirige uno de esos casinos, el Savoy, enmascarando entre máquinas tragaperras sus sucios negocios. En el otro lado del tablero se encuentran el Sheriff Ralph Lamb (Dennis Quaid), su hermano Jack (Jason O'Mara) y su mujeriego hijo Dixon (Taylor Handley). Y entre los casos semanales y los tejemanejes de Savino, 'Vegas' se convierte en una serie entretenidísima que aún tiene mucho por ofrecer.
Esa mezcla perfecta entre los casos semanales y la trama serializada es uno de los puntos de comparación que podemos establecer con 'The Good Wife', llegando incluso a dedicar más tiempo a toda la trama del casino que al asesinato de turno. Poco a poco se nos han ido presentando nuevos personajes, todos llenos de matices y con intereses dispares, como corresponde a toda buena serie de mafiosos. Y es interesante descubrir cómo en esta marabunta de personajes, el único medianamente cuerdo es el Sr. Savino.
No obstante, a pesar de tratarse de una serie de mafiosos, no deja de ser un producto de network con el único propósito de entretener a su audiencia, y es algo que se puede ver semana a semana con los líos sentimentales que se traen entre manos. Desde el sutil coqueteo del Sheriff Lamb con la ayudante del fiscal Katherine O'Connell, pasando por los tira y afloja de Dixon con la secretaria Yvonne, pasando por la relación ya establecida de Jack con Mia Rizzo, la hija del mafioso Johnny Rizzo y administradora del Savoy. Una Joan Harris en potencia.
Precisamente aquí, en esta unión entre la parte delictiva y la autoritaria se encuentra la parte más interesante de la serie, que ha tenido un final bastante abrupto en el último episodio con la muerte de Johnny. La trama no hace más que enrevesarse capítulo a capítulo, con personajes que van y vienen y dobles morales por parte de casi todos ellos. No falta mucho para que los más "pulcros" terminen metiéndose en sucios negocios, y será ahí, cuando todos tengan las manos manchadas e intereses que ocultar, cuando la serie explote de verdad. De momento, aún se está cociendo a fuego lento.
En ¡Vaya Tele! | 'Vegas', de mafiosos y procedimentales en los 60
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