Nunca fui especial fan de la película protagonizada por Jim Carrey. Quizás por ser demasiada apresurada y deshilachada. Por eso cuando se anunció hace un tiempo que Netflix pensaba hacer una nueva adaptación de los libros de Lemony Snicket, no tenía muchas ganas (ni esperanzas) en ella. Pero según se iban sabiendo detalles de 'Una serie de catastróficas desdichas' ('A series of unfortunate events'), algo me empezó a cautivar.
Así Netflix estrenó el pasado viernes 13 de enero los ocho episodios de la primera temporada de 'Una serie de catastróficas desdichas' (también conocida como 'Una serie de eventos desafortunados' en latinoamérica). En ella conocemos a los hermanos Beaudelaire: Violet (Malina Weissman), Klaus (Louis Hynes) y Sunny (Presley Smith) una familia de genios e intelectuales que se encontrarán con la peor de las noticias: ha habido un terrible incendio en su casa y sus padres han muerto.
Gracias a la incompetencia del albacea de los bienes de sus padres, los huérfanos Beaudelaires acabarán en manos del Conde Olaf (Neil Patrick Harris) que intentará todo por "acelerar" el proceso de llevarse la gran fortuna a heredar. Violet, Klaus y Sunny intentarán frustrar sus cada vez más enrevesados planes mientras van dando tumbos por casas de familiares a los que nunca conocieron pero que parecen tener una vida oculta.
Narrada por Patrick Warburton en el papel de Lemony Snicket, en 'Una serie de catastróficas desdichas' nos adentramos en un mundo que mezcla a la perfección distintos tonos de comedia con una estética que va desde lo gótico/victoriano (toques steampunk incluidos) hasta lo retro de mediados de siglo XX. En el plano visual es fascinante: un estilo de decoración y caracterización que parece tomado del universo de Wes Anderson en algunos casos y de Tim Burton en otros.
Todo se entiende cuando ves que encabezando el proyecto se encuentra Barry Sonnenfeld, director de 'Men in black', 'La familia Adams' y 'Wild Wild West' entre muchas otras obras y se ve que se mueve por el universo creado por Daniel Handler (nombre real de Snicket) como pez en el agua. Handler que, por cierto, escribió cinco de estos ocho episodios. Quizás sea debido a su trabajo activo en los guiones de 'Una serie de catastróficas desdichas' que esta adaptación esté tan bien realizada. El formato televisivo permite además tomarse su tiempo para desarrollar la historia y el esquema de dos episodios por libro les ha funcionado bien.
Mención aparte merece el reparto. Neil Patrick Harris está en su salsa como Conde Olaf y aprovechan bien su registro. Los niños también están bastante bien y por lo general no hay ningún intérprete que haya chirriado por muy exagerados que sean sus personajes.
En definitiva, 'Una serie de catastróficas desdichas' es una de esas series que, aun pensada para un público infanto-juvenil, se disfruta mucho como adulto. Buenas historias, aunque la última no ha terminado de convencerme, que me han hecho querer adoptar a los Beaudelaire. Los guionistas ya trabaja en una segunda temporada, y yo la espero con ganas.
En ¡Vaya Tele! | Tráiler de 'Una serie de catastróficas desdichas'
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