Es habitual que, durante el verano, las cadenas generalistas americanas rellenen su programación con reposiciones de sus series y realities, pero este año la CBS ha roto esta tradición con la emisión de dos nuevas series: Swingtown, de la que ya os hemos hablado y que actualmente está teniendo resultados de audiencia bastante flojos, y Flashpoint, de la que vamos a hablar a continuación. La serie proviene de Canadá, producida por la cadena CTV y a la que se sumó la CBS cuando buscaba programación adicional para suplir la escasez producida por la huelga de guionistas.
El argumento de Flashpoint no es nada que no hayamos visto ya: las idas y venidas de un grupo de policía de élite, el Strategic Response Unit de Toronto (algo así como los SWAT canadienses). Entre las misiones que hemos podido ver en los primeros episodios destacan secuestros con rehenes, tiroteos en un centro comercial, peleas familiares... vamos, lo típico que se puede esperar de una serie así. A destacar también que la forma de estructurar cada capítulo es bastante similar a la que tenía la española Cuenta Atrás, comenzando justo cuando los agentes entran en acción pero retrocediendo inmediatamente en el tiempo para ver cómo se inició todo.
Aunque el argumento de la serie no es nada original, el planteamiento sí que es algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver, y es que se nota con creces que la serie es canadiense. Un claro ejemplo lo podemos ver en el primer episodio, donde una parte importante del capítulo se dedica al papeleo e interrogatorios que tiene que sufrir uno de los agentes después de disparar su arma para neutralizar a un hombre armado. Si bien es cierto que la acción es una parte importante en Flashpoint, no todo gira en torno a ella, y ahí es cuando más se nota la carencia en los diálogos.
Uno de los problemas que le veo a la serie son los personajes, que en mi opinión no consiguen convencer al espectador y están repletos de tópicos: desde el jefe de equipo que tiene problemas familiares por dedicarle demasiado tiempo a su trabajo (interpretado por Enrico Colantoni, que dio vida a Keith en Veronica Mars), pasando por la chica que intenta hacerse un hueco en la unidad (interpretada por Amy Jo Johnson, que curiosamente interpretó a la Power Ranger Rosa hace unos años ya) y hasta un ex-soldado que estuvo destinado en Afganistán y cuya experiencia allí le ha marcado de por vida. Si a lo flojos que son los personajes en sí le sumamos el marcado carácter procedimental de este drama de acción policial, el resultado es una serie que entretiene y poco más, bastante prescindible en general pero que, en plena sequía de programación original estival, se deja ver.
Lo más sorprendente de todo es la buena acogida que ha tenido entre el público estadounidense pese a ser bastante diferente a las series policiales americanas y sin apenas haber sido promocionada por la cadena, algo que ha sorprendido hasta a los propios responsables de las serie. Originalmente se emitía la noche de los viernes, pero el buen resultado entre la audiencia hizo que la serie pasara a los jueves, una noche con más competencia pero también más consumo televisivo. Estos resultados garantizan, salvo sorpresa de última hora u otros problemas, una segunda temporada, e incluso se especula con que los 13 episodios que hay originalmente encargados se podrían incrementar con varios capítulos más, aunque aún no se ha confirmado nada oficialmente.
En conclusión, Flashpoint es una serie que aspira a ser lo que es, un drama policial que parecerá interesante a los que sean seguidores de este género y será prescindible para el resto, pero que puede resultar entretenida si no hay otra cosa para ver. Definitivamente lo que viene siendo la típica serie del verano televisivo.
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